La grandeza de los hombres se desarrolla en medio de las adversidades, en los momentos difíciles es cuando se crecen los valientes que pasan a formar parte de las páginas de la historia. La Venezuela de hoy atraviesa una etapa crítica, donde se necesita del valor de todos los venezolanos para retomar el sendero de la democracia y la modernidad.
Las elecciones del 6 de diciembre se avizoran como el punto de inflexión, que comenzará la recuperación institucional y el cambio económico, político y social, para salir del atraso y traer una era de progreso y bienestar. Las condiciones están dadas, pero en el camino hacia la prosperidad está lleno de obstáculos, persecuciones, maltratos y acoso por parte de quienes no desean perder sus privilegios.
Muchos hombres y mujeres valientes han dado el ejemplo, enfrentando las injusticias de un Estado corrompido y autoritario. Unos permanecen en las cárceles, otros claman desde el exilio y en el peor de los casos, reposan en el suelo patrio, luego de haber entregado sus vidas por la más justa de las causas: Venezuela.
Algunos dignos representantes de ese arrojo y fortaleza ante los problemas son Leopoldo López, quien dio su libertad para despertar la conciencia de los venezolanos, Antonio Ledezma, cuya salud se vio afectada por la reclusión impuesta por los esbirros de la nueva era, así como tantos otros venezolanos encarcelados por pensar distinto y desear un cambio para nuestro país.
Este jueves, Manuel Rosales, hombre que construyó de las cenizas una alternativa democrática, regresará al país en condiciones precarias, asumiendo una vez más su responsabilidad con el país, a pesar de los riesgos de caer en las garras de un gobierno arbitrario. Habiendo cumplido su papel desde el exilio hoy siente que la mejor forma de ayudar a los venezolanos es trayendo con su presencia física un aliento de esperanza.
Todos estos hombres, mujeres y jóvenes han marcado la senda del cambio, su ejemplo debe ser la guía para asumamos con energía el papel de cada ciudadano en la construcción de una sociedad más justa, segura, moderna y prospera. La indiferencia no es una opción para los que soñamos con un mejor país.
Con nuestras acciones hoy construiremos un mañana donde nuestros hijos, al estudiar la historia nos encuentren páginas que narren la lucha de un pueblo por salir de la tiranía y el atraso. La hora de la verdad ha llegado y el 6 de diciembre será el primer hito en la restauración nacional.