La Cancillería de la República, mediante un comunicado de prensa emitido, este miércoles, rechazó una publicación del pasado 19 de octubre del diario norteamericano “The New York Times”, por considerar que dicho artículo se da un abordaje distorsionado sobre la economía nacional y “retoman su línea habitual de calumnias e informaciones no corroboradas sobre Venezuela, su pueblo y su gobierno”.
Comunicado
El diario norteamericano The New York Times publicó el pasado 19 de octubre un artículo titulado “Pocos en Venezuela quieren bolívares, pero nadie puede ahorrar un centavo” (refiriéndose a la moneda de diez céntimos norteamericanos), en el que retoman su línea habitual de calumnias e informaciones no corroboradas sobre Venezuela, su pueblo y su gobierno.
El texto se dedica a difundir delirantes mentiras y anécdotas descontextualizadas sobre la situación económica del país; especialmente, se ensaña en contra del Bolívar, la moneda venezolana.
El pretendido reportaje hace cálculos malintencionados al respecto de la tasa de cambio en Venezuela y cita episodios relatados por supuestos entrevistados sobre situaciones cotidianas como compras y retiros de efectivo en cajeros automáticos.
Es lamentable que en su escrito el corresponsal del NYT en Caracas, quien reiteradamente arremete falazmente contra Venezuela, lo que parece ya algo personal, obvie mencionar, por ejemplo, que la tasa de cambio paralela que ellos asumen como válida se toma a partir de lo que dicta una página web que comete terrorismo cibernético desde Miami y Cúcuta y en la que factores políticos de la oposición operan con la intención de agredir a los venezolanos y perturbar la economía, y no se basan nunca en los movimientos de las transacciones cambiarias nacionales. Eso es evidente cuando se toma en cuenta que la más reciente escalada del precio del dólar, en este pasquín virtual, sucedió estando cerrada la frontera con Colombia, donde tiene lugar la mayor parte del mercado cambiario paralelo.
Tampoco se relatan los esfuerzos realizados por el Gobierno Nacional para proteger la moneda y el salario de trabajadoras y trabajadores. Por ejemplo, nada se dice de que el tipo de cambio preferencial de Bs. 6,30 por dólar está destinado únicamente a bienes prioritarios como alimentos y medicinas.
Para la información de la lectoría del NYT, este tipo de cambio ha garantizado la buena alimentación y la buena salud de venezolanas y venezolanos, logro que no solo es reconocido por las autoridades nacionales, sino que la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) decidió llamar a su plan de erradicación del hambre “Hugo Chávez Frías” en honor al Líder histórico de la Revolución Bolivariana, quien comandó durante 14 años los avances en esta materia, que se promueven, mantienen y protegen a día de hoy, en gran parte gracias a esa prerrogativa económica de protección de nuestra moneda.
El artículo tampoco habla de los sistemáticos aumentos de salario mínimo que el Presidente Nicolás Maduro ha aprobado para proteger el ingreso de trabajadoras y trabajadores, tampoco habla de los tipos de tasas de cambio para bienes no preferenciales, y vergonzosamente tampoco habla de los planes del Gobierno Nacional para garantizar al pueblo el acceso a productos de la canasta alimentaria a precios justos, y en muchos casos preferenciales, a pesar de las grandes presiones por parte de las trasnacionales de los alimentos y de las empresas oligopólicas nacionales.
Finalmente, es importante recordarle a los lectores del NYT, que a pesar del falaz escenario de debacle económico que plantea el artículo, Venezuela ha obtenido en los últimos meses logros históricos en materia social que son ejemplo para muchos países de los cinco continentes; entre ellos pueden citarse la implementación un plan de viviendas dignas para todo el pueblo, que en poco más de tres años ha construido casi un millón de hogares; el fortalecimiento de las universidades nacionales para garantizar el acceso gratuito y masivo a la educación superior; una seguridad social que provee de pensiones y jubilaciones equiparadas, al menos, con cien por ciento del salario mínimo; educación gratuita en todos los niveles y un servicio de salud pública de calidad sin costo para todo el pueblo.
Éstos son algunos temas que proponemos al NYT para que aborde en futuros artículos sobre nuestra Patria, que es tema permanente en sus páginas. Estamos seguros de que estos tópicos generarán gran interés en sus lectoras y lectores.