Un grupo de científicos británicos ha comenzado una investigación pionera para determinar si el olor corporal de las personas puede emplearse para detectar el Parkinson, informan hoy los medios británicos.
EFE
Durante el estudio, a cargo de expertos de la universidad de Manchester (norte de Inglaterra), se analizarán muestras cutáneas extraídas a fin de descubrir si la enfermedad modifica los químicos de la piel.
Esta investigación se puso en marcha después de que una escocesa, Joy Milne, de 65 años, viuda de un enfermo deParkinson, identificara con éxito a otros pacientes tras oler las camisetas con las que éstos habían dormido.
Esta británica pudo apreciar cambios sutiles en el olor corporal de estos enfermos que todavía se encontraban en la fase inicial de la enfermedad.
El parkinson es una enfermedad degenerativa del sistema nervioso central para la que actualmente no existe ninguna cura, que provoca temblores progresivos y ralentización del movimiento del afectado.
El marido de Milne, Les, falleció el pasado junio tras haber sido diagnosticado con Parkinson, según informa hoy la cadena pública BBC, a quien la escocesa contó hoy cómo el olor de su esposo “cambió” a raíz de esa enfermedad.
Milne estableció un vínculo entre ese cambio de olor y el Parkinson tras conocer a otros enfermos y se lo mencionó a un científico durante una charla, lo que desencadenó que se llevaran a cabo pruebas para corroborar su sospecha.
La organización británica Parkinson‘s UK, que subvencionará la investigación, confía en hallar un vínculo que derive en diagnósticos tempranos de la enfermedad.
Parkinson‘s UK estima que actualmente en el Reino Unido hay 127.000 enfermos de Parkinson.
“Subvencionar estudios pioneros como éste tiene el potencial de arrojar una luz totalmente nueva en el Parkinson“, señaló hoy Arthur Roach, de la citada organización.
Siguiendo esta línea de investigación, los científicos creen que el Parkinson podría ocasionar una serie de cambios en la piel que provocarían un olor particular y sutil.
Para llevar a cabo el estudio, el equipo de expertos reclutará a unas 200 personas sanas y con la enfermedad a las que extraerá una muestra de piel, que analizarán.