El gobierno de Venezuela se quejó el viernes de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no respeta las visiones de sus miembros no permanentes, tras abstenerse en una votación por al menos séptima vez este año y asegurar que fue apartado de las negociaciones, reseña Reuters.
A pesar de la abstención de Venezuela, el consejo de 15 miembros renovó un embargo de armas e impuso un régimen de sanciones a Somalia y Eritrea con 14 votos a favor.
Una resolución necesita nueve votos a favor y ningún veto de los miembros permanentes -Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido y Francia- para ser aprobada.
“Mi país exige respeto en este Consejo de Seguridad. Respeto (…) por los puntos de vista de todos los países, sean miembros permanentes o electos del Consejo de Seguridad”, afirmó al consejo el embajador de Venezuela ante la ONU, Rafael Ramírez.
Ramírez, ex ministro de Relaciones Exteriores venezolano, dijo que el proceso negociador no es lo suficientemente amplio.
Diez de los miembros del Consejo de Seguridad son elegidos por los 193 integrantes de la Asamblea General de la ONU.
Es una queja común entre los miembros electos que los cinco países permanentes les excluyen rutinariamente de las negociaciones iniciales de algunos asuntos y que la situación empeoró en los últimos años.
Nueva Zelanda -miembro del consejo para 2015/2016- también criticó el “desequilibrio de poder” en el consejo por culpa de los cinco países con derecho a veto, “que se acostumbraron a ejercer su poder y proteger su posición privilegiada”.
“Este desequilibrio es exacerbado por sus prácticas de prenegociación de los resultados antes de comprometerse con los 10 miembros electos”, señaló el primer ministro neocelandés, John Key, el pasado 1 de octubre en la reunión anual de líderes mundiales en la ONU.