El cáncer de riñón se debe a la proliferación descontrolada de células patológicas, las cuales se agrupan en tumores malignos y son capaces de migrar a otras partes del cuerpo para formar neoplasias secundarias. La médico oncólogo, Nuria Milagros Marrero Chico, destacó que la ausencia de síntomas durante la etapa inicial de la enfermedad dificulta su detección temprana, por lo que aproximadamente 40 % de los casos se diagnostican como un hallazgo incidental.
La galena explicó que a medida que avanza la patología se pueden observar algunos síntomas como: sangre en la orina, dolor en un costado de la región abdominal, anemia, hipertensión arterial, pérdida de peso sin razón aparente, falta de apetito, fiebre recurrente, entre otros. Por lo general, son estos los problemas que motivan al paciente a buscar ayuda médica.
Aunque en el riñón se pueden presentar diferentes tipos de carcinomas, el más frecuente es el de cáncer de células claras, el cual se halla en aproximadamente siete de cada diez personas con esta patología. Entre los factores que elevan el riesgo de desarrollar cáncer en los riñones se encuentran:
- Tabaquismo: se ha demostrado que incrementa hasta 30% la patología en los hombres y aproximadamente 25% en las mujeres
- Sexo: los hombres tienen de dos a tres veces más probabilidades de desarrollar este tipo de neoplasias que las mujeres
- Raza: Las personas de piel oscura tienen tasas mayores de cáncer de riñón
- Edad: se halla habitualmente en adultos y se suele diagnosticar entre los 50 y 70 años
- Presión arterial alta
- Exposición al metal cadmio: Se encuentra presente en pilas, pinturas o material para soldar
- Antecedentes familiares de cáncer de riñón
- Alteraciones genéticas.
Diagnóstico y tratamiento
“Cuando se sospecha que exista alguna anomalía en el riñón, lo primero que se le suele realizar al paciente es una biopsia; luego una rutina de laboratorio que incluya hematología completa y orina; estudio de imágenes como tomografía o resonancia abdominal pélvica, placas de tórax; gammagrama óseo si existe sintomatología dolorosa ósea; y resonancia de cráneo si hay alguna manifestación de alteración neurológica”, explicó la doctora.
Marrero Chico señaló, que para el tratamiento del cáncer renal, lo ideal es realizar un procedimiento quirúrgico para la extirpación del riñón afectado. “Hoy en día, existe un gran arsenal terapéutico para estos casos. Una de ellas es la terapia con Pazopanib, el cual es indicado para pacientes con cáncer renal de células claras en estadios IV o irresecables y en aquellas personas con enfermedad avanzada que han recibido tratamiento previo con citoquinas. Es una terapia dirigida, que se clasifica como un inhibidor del factor de crecimiento endotelial vascular”, agregó la especialista.
Mejores resultados
Para comprobar los beneficios del Pazopanib, fue realizado el estudio clínico COMPARZ, en el que se demostró el uso de este medicamento en pacientes con cáncer renal avanzado y metastásico del tipo de células claras, y en pacientes que hayan fallado en primera línea a las citoquinas. Los objetivos fueron: evaluar la Sobrevida Libre de Progresión (SLP), la Sobrevida Global (SG), la tasa de respuesta al tratamiento, y la eficacia y seguridad del Pazopanib como monoterapia o monodroga.
Los resultados que arrojó fueron la mejora en la SLP de 2,8 a 11 meses aproximadamente, y en pacientes tratados con citoquinas de 4,2 a 7,4 meses en promedio. Entre los eventos adversos que presentó el grupo sometido al Pazopanib fueron: diarrea, hipertensión, cambios en la coloración del cabello, nauseas, anorexia, vómitos y alteración de las transaminasas, que son manejables y se pueden controlar. Por ello hoy en día es considerado como un excelente medicamento para tratar el Cáncer Renal de Células Claras.