El Poder Ejecutivo brasileño está en desacuerdo con la decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de no participar en la misión de observación electoral de la Unasur en las elecciones parlamentarias venezolanas de diciembre, publica El Nuevo Herald.
Agencia Brasil 247
Según asesores presidenciales, Brasil no desistirá de negociar con el gobierno de Nicolás Maduro para que acepte condiciones de observación razonables.
El comunicado del TSE en el que la autoridad electoral de Brasil anunció que daba un paso al costado, divulgado el martes (20 de octubre), fue considerado “agresivo” en el Palacio de Planalto, según fuentes de la presidencia citadas por Folha de S. Paulo.
En su comunicado, el TSE anunció que ante el veto venezolano a su candidato a jefe de la misión —el ex magistrado y ex ministro de Justicia Nelson Jobim— daría un paso al costado, al no poder garantizar condiciones mínimas “lo que inviabiliza una observación adecuada”.
Venezuela, con el apoyo del secretario general de la Unasur —el colombiano Ernesto Samper— se negó a aceptar el nombre de Jobim, confirmaron en el TSE.
Según el Palacio del Planalto, Samper fue torpe en su interlocución con los venezolanos, refractarios a la observación electoral ante las elecciones parlamentarias de diciembre, para las cuales Maduro ya rechazó misiones de observación de la Organización de Estados Americanos y de la Unión Europea.
Samper también generó malestar en el Poder Ejecutivo brasileño la semana pasada, al dar unas declaraciones de apoyo a Dilma Rousseff. “La presidenta fue elegida constitucionalmente y tiene que, constitucional y políticamente, terminar su mandato”, dijo Samper en alusión a los pedidos parlamentarios de impeachment de la mandataria, una defensa que en Brasilia consideraron inadecuada. En Brasil el impeachment es una alternativa considerada en la Constitución.
Para el Planalto, el TSE fue muy tajante en su determinación, porque los venezolanos no habían emitido una postura pública de rechazo a que Jobim fuera el jefe de la delegación de observadores de Unasur. En la nota el TSE habló de un supuesto veto venezolano a Jobim. Ahora, Rousseff confió a su asesor internacional, Marco Aurelio García, y al canciller Mauro Vieira para que convenzan a los venezolanos de aceptar a Jobim o a otro candidato propuesto por Brasil.
En contraste, el presidente del Tribunal Superior Electoral, José Dias Toffoli, ha manifestado que esa entidad no participará de la misión a Venezuela si Caracas no desiste de sus resistencias a la libre circulación de los observadores y de acceso a los partidos de oposición al proceso.
El magistrado estima que Brasil “no debería enviar otro emisario pues con la demora del órgano electoral venezolano en responder a las consultas del TSE sobre las reglas de observación, la misión no podrá hacer la auditoría del sistema electrónico de votación en las semanas que anteceden a las elecciones, dejándolo más vulnerable a fradudes”, informóFolha.
Como parte de sus intentos contemporizadores, el gobierno brasileño también hace gestiones ante Uruguay, que tiene la presidencia pro-tempore de la Unasur, para que medie ante los venezolanos respecto del área de acción de los observadores, en términos aceptables para aquellos y para Brasil.