Maduro ha iniciado una campaña de terrorismo sociológico sin precedentes para amedrentar al pueblo con una amenaza directa: “Voy a ganar como sea”. Ya no es solo una frase repetida a cada rato, sino que también hay cuñas en los canales públicos con imágenes de motorizados repitiendo la advertencia. Es una estrategia premeditada que busca generar abstención imponiendo la matriz de que la victoria del pueblo a favor de un cambio no serviría de nada porque sería desconocida por la “unión cívico-militar” que no entregará nunca la revolución, como lo dijo textualmente en Barquisimeto. Solo que amenaza quién puede y no quien quiere, y en boca de un presidente con 80% de rechazo que no lo quieren ni en su partido, esa frase no es más que la confesión de su ausencia de legitimidad, de la falta de pueblo y del desespero oficial.
Para un taxista que ha pasado 3 días pernoctando en una cola para adquirir una batería, para una adolescente que debe rogar para que su desarrollo femenino coincida con el día a la semana que le toca comprar toallas sanitarias, para una madre que no sabe si podrá callar el llanto de su hijo por no poder comprar leche, para quienes sufren constantemente apagones prolongados, para quienes viven haciendo cola para comer, para quienes sienten temor diariamente por la inseguridad, para quienes no consiguen medicina, para quien sabe que un teléfono inteligente equivale a 3 años de salario; la amenaza de Maduro es una motivación más para votar este 6 de diciembre y castigar al gobierno para comenzar la senda del cambio y la recuperación del país. Maduro no va a ganar “como sea”, Maduro va a perder como debe ser: Por avalancha de votos de un pueblo que se sacudirá a esta cúpula podrida que arruinó al país.
Ya todas las encuestadoras señalan que la MUD dobla en intención de voto al PSUV y evidentemente el simulacro dejó en evidencia el ausentismo en las filas rojas. Por esta razón, Maduro llegó de su viaje a Cuba con su frase ensayada del “como sea” para intentar como último recurso una estrategia final con el fin de desmoralizar al pueblo que quiere un cambio. Se trata de ocultar su debilidad fingiendo fortaleza. Nada nuevo, nada que no fuera previsible en esta etapa de transición en la que se avecina un cambio de rumbo definitivo producto de la voluntad inquebrantable de un pueblo valiente que no se va a dejar chantajear por un aprendiz de brujo que en tres años ha devaluado como nunca antes nuestra moneda sometiendo al país a la inflación más alta del planeta en medio de recesión económica. Como sea imponen los pueblos su voluntad. Que quede claro.
Pero si la estrategia del Gobierno es la abstención, la nuestra debe ser la participación masiva. Que nadie se quede sin votar, teniendo en cuenta que podemos lograr incluso una mayoría calificada en el parlamento capaz de activar los mecanismos constitucionales para generar un cambio de Gobierno en el corto plazo, como lo estamos proponiendo en La Causa R por vía de un referéndum consultivo que adelante las elecciones presidenciales para 2016.
JOSÉ IGNACIO GUEDEZ
Secretario General de La Causa R
Twitter: @chatoguedez