Tras el escándalo internacional que significó la detención de un sobrino y un ahijado del presidente de la República Nicolás Maduro y la primera dama Cilia Flores, por presuntamente intentar introducir 800 kilos de cocaína a los Estados Unidos de América, el diputado Cesar Ramírez exigió al gobierno dar explicaciones al respecto. NP
Ramírez, quien es parlamentario al Consejo Legislativo del Estado Bolívar (CLEB), aseguró que en un país donde funcionen las instituciones con independencia, ya debería haberse abierto una investigación sobre por qué los sobrinos de la pareja presidencial tenían pasaporte diplomático sin ser funcionarios de este tipo.
Además el gobierno debe responder sobre cómo los supuestos narcotraficantes Franqui Francisco Flores De Freitas y Efraín Antonio Campo Flores pudieron despegar en un avión privado desde la rampa del Servicio de Búsqueda y Rescate (SAR por sus siglas en inglés) del Ministerio de Transporte Acuático y Aéreo, sin ser revisados como supuestamente ocurrió según las informaciones preliminares.
“Aunque han intentado censurar este hecho, los venezolanos se han enterado y esperan respuestas, no más silencio cómplice y negación por parte de Nicolás Maduro, Cilia Flores, el PSUV y los altos jerarcas del gobierno respecto a las acusaciones de narcotráfico que pesan sobre los sobrinos de la pareja presidencial, quienes están presos en Nueva York luego de ser capturados en Haití”, dijo Ramírez.
Régimen podrido
El diputado del estado Bolívar y dirigente de Voluntad Popular lamentó que casos como este, junto a revelaciones como la del ex fiscal Franklin Nieves, el ex escolta presidencial Leamsy Salazar, o el ex magistrado Eladio Aponte salgan a la luz pública solo gracias a que agencias internacionales y medios de comunicación extranjeros difunden los hechos, pues en Venezuela “impera un régimen mafioso de complicidad, intimidación, chantaje y miedo”.
En tal sentido Ramírez pidió que se investiguen todas las ramificaciones del narcotráfico dentro del régimen gobernante venezolano caiga quien caiga, “el gobierno del PSUV sigue comportándose como una federación de bandas de delincuentes, y cada uno de estos caídos en desgracia tienen que ver con un ajuste de cuentas entre ellos mismos por parcelas de poder y negocios sucios”.
“Que den la cara y dejen la negación, porque los ojos están puestos sobre el régimen venezolano ya no solo por los presos políticos, las violaciones a derechos humanos, los casos de corrupción, el ventajismo electoral, la escasez y la inflación, sino por los escándalos de presunto narcotráfico en los que cada vez más salen involucrados miembros del gobierno o personajes cercanos a sus más poderosos funcionarios”, concluyó.