El Clásico liguero español entre el Real Madrid y el Barcelona se celebrará el sábado entre extremas medidas de seguridad en un estadio Santiago Bernabéu blindado, tras los atentados que dejaron 129 muertos en París el viernes pasado.
AFP
“Habrá muchos refuerzos de seguridad, muchos efectivos de seguridad para controlar, no únicamente los accesos al estadio, sino también a las cercanías del estadio y los medios de transporte que llevan a los aficionados al estadio”, dijo este miércoles el ministro del Interior español, Jorge Fernández Díaz.
La Comisión Antiviolencia del deporte español, que reunió este miércoles a autoridades políticas, policiales y deportivas, declaró este partido de “alto riesgo”, una calificación habitual en un Madrid-Barça y que, ya de por sí, supone una mayor presencia policial que en otros partidos de menos entidad.
Sin embargo, los acontecimientos del viernes en París y la actual alerta antiterrorista de nivel 4, sobre un total de 5, que rige en España, llevarán a unas medidas de seguridad “que no tienen precedente en la celebración de eventos deportivos”, dijo el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez Vázquez, tras la reunión de la Comisión.
El dispositivo se afinará el jueves en una reunión de representantes de ambos clubes, policía, ayuntamiento y gobierno, incluirá efectivos de la policía nacional, local, personal de seguridad del estadio, así como sanitarios y miembros de protección civil.
Hasta el momento, no se han dado detalles oficiales sobre el dispositivo, pero según la prensa española, habrá un triple anillo de seguridad en torno al estadio Santiago Bernabéu y se desplegarán más de 1.500 policías, con efectivos a caballo y perros, así como arcos detectores de metales.
De confirmarse este triple filtro, que ya se utilizó en la final de la Liga de Campeones celebrada en este estadio en 2010, y dependiendo de la permeabilidad que se decida en cada uno, “habría un primer filtro que se dedica sólo a chequear a personas que puedan levantar sospechas, un segundo que vigilaría mochilas, por ejemplo, y otro sería en la puerta”, explican fuentes policiales.
Acudir con tiempo
Las autoridades han pedido a los hinchas que acudan con tiempo al estadio por los controles de entrada.
La policía, como suele hacer en todos los partidos, acompañará a las hinchadas tanto para dar seguridad como para controlar posibles desórdenes a la entrada y salida del estadio, y, en su interior, la seguridad será compartida con el propio servicio de seguridad del club.
Más de 500 cámaras vigilarán para que todo se desarrolle con normalidad dentro de un estadio para 81.000 espectadores, donde habrá un responsable de seguridad, que, en caso de necesidad, es el habilitado para ordenar un desalojo del estadio.
Este caso se dio en diciembre de 2004 cuando un falso aviso de bomba, apenas unos meses después de los atentados islamistas de Madrid, que causaron 191 muertos, obligó a evacuar, en orden y apenas siete minutos, el estadio a pocos minutos del final de un partido liguero.
Dos años antes, la organización separatista armada vasca ETA había hecho estallar un coche-bomba antes de una semifinal de Liga de Campeones entre el Real Madrid y el Barça, causando 17 heridos, pero el partido se celebró.
En estas situaciones “hay que transmitir calma, procurar que se haga (el desalojo del estadio) de forma ordenada”, dicen fuentes policiales.
“Somos conscientes de que se pueden producir falsas alarmas que son muy difíciles de controlar y es muy difícil de evaluar qué decisión tomar”, advirtió el ministro Fernández Díaz, recordando que por el momento no hay razones para suspender el encuentro.
No obstante, “si se dieran esas circunstancias (que obligaran a una suspensión) lo primero de todo es asegurar la vida de las personas”, concluyó.