Es no saber qué pasará mañana. Los encargados de panaderías llaman a sus proveedores y estos les dan una respuesta escueta: “estamos buscando”. La zozobra se instala, se cocina en los hornos detrás del mostrador. Luego de la regulación del cartón de huevo podría extinguirse el inventario de pan en Valencia la próxima semana.
Carmen Fajardo administra una panadería del norte de la ciudad. Es recelosa. Mira con detenimiento a cualquiera que viene a hacerle preguntas: pide credenciales y los compara con cédulas de identidad. “Uno no sabe quién pueda ser quien, y venir a averiguar cuánto estamos produciendo”, dice asustada.
Si ese fuera el caso, la información no sería tan reveladora: trabajan al límite. Tras comprobar que no son fiscalizadores de la Superintendencia de Derechos Socioeconómicos quienes hacen preguntas, la señora revela la crisis.