El presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keïta, dijo hoy, antes de salir de urgencia de vuelta a su país desde Yamena, que la situación por la toma de rehenes en el hotel Radisson de Bamako es “preocupante, pero no desesperada”. EFE.
En declaraciones a la cadena “France 24” en la capital de Chad, donde participaba en la Reunión del G5 Sahel, Keita explicó que, según sus informaciones, se había podido liberar a 17 personas que estaban en el hotel cuando se produjo el asalto de un grupo armado y que las fuerzas malienses continuaban con “su intervención”.
El jefe del Estado recordó que él mismo ya había avisado de que podían producirse ataques terroristas en Mali.
“Tenemos que ser humildes. Nadie en ningún sitio está completamente a resguardo del terrorismo”, subrayó.
Las autoridades de Mali han recibido el apoyo de Francia, que ha enviado agentes del cuerpo de intervención de la Gendarmería GIGN.
Poco después de que lo hiciera el presidente francés, François Hollande, su primer ministro, Manuel Valls, reiteró ese respaldo a los responsables de Mali, durante una intervención ante el Senado francés.
“Quiero manifestar el apoyo total de Francia a nuestros amigos de Mali y a la democracia de Mali”, afirmó Valls, que estimó que “la amenaza terrorista no tiene precedentes, es una amenaza global, en el interior y en el exterior”.