Hoy estas palabras de dolor las escriben los suspiros de mi alma. La ideología del mal se desborda en demencia. Demencia de la palabra coloreada de rojo, con pintura en llanto de la sangre derramada. La acción de sicarios de la libertad cobra vida mortal. Una vida humana vale más que todo el Universo, nos enseña Santo Tomás.
El llanto de una familia es la Venezuela toda llorando la muerte. Una muerte más, una más de las todas que la han zarpado sin voluntad ni contingencia. Muertes intencionales buscadas en nombre de quienes mandan a matar. Hoy lloran también entre la matanza los ecos de libertad.
Tinta de lágrimas de sangre corren por las mejillas de una patria herida. Lágrimas de sangre caen como cae el agua pura y noble del Salto Ángel. Llueven los mártires con sus valentías incólumes. La marcha de los ángeles está en Venezuela. El tapiz de su historia se ha vuelto a teñir. A teñir de sangre, a teñir de cantos de injusticias sin nombres, que caen sobre los hombres que nos entregan… Sin más… Sus vidas.
Una existencia ejemplar recorría los caminos, los senderos, las riveras de libertad. La metafísica desbordaba su alegría vital. Su voz, su grito, su canción de brío sonaba y resonaba a lo largo y ancho del río, cuyo cauce de esperanza florecía como si fuera un altar. Una fuente bendita de donde brindaba a los sedientos de dicha a beber del agua de vida para llegar a la paz. Un amor se hace eterno cuando se desprende del cuerpo que alguna vez lo alojó.
Venezuela se enluta cuando se enluta una familia; pues cuando una familia se enluta, se enlutan hoy nuestras vidas. ¡Nos han matado a Luis Manuel Díaz!. No serás un nombre en un inventario, serás una guía de luz y moral. Amigo… Dios te bendiga… Descansa en paz.
Mario Guillermo Massone @massone59