Los “representantes del pueblo”, los legisladores, las voces que deben hacer la supervisión de los otros poderes de al República (sic), el sitio donde comenzó la destrucción del andamiaje democrático de Venezuela. Pero…analizar lo sucedido es harina de otro costal.
Hoy queremos comentar el juego de las espectativas que se están sucediendo en nuestro país.
En primer lugar queremos decir que las dos grandes fuerzas y las múltiples opiniones que aglutinan, se han concentrado en transformar este evento en un pseudo plesbicito alrededor de la bondad o inconveniencia del régimen que nos destruye. Evidentemente, no se trata de eso. Pensamos que el paso que vamos a dar el 6D es sólo una muestra del pensamiento de la población con el objeto de marcar la senda por la que queremos nos lleven nuestros dirigentes. El proceso de elección de nuestros representantes en la Asamblea Nacional es la ratificación de que queremos vivir en una nación DEMOCRÁTICA.
En segundo lugar queremos comentar las características del sistema electoral que nos ofrecen las autoridades. Las regulaciones y la forma de elección de nuestros legisladores está diseñado para que se respete la representación, tanto de quienes tienen la opinión mayoritaria como la de quienes también tienen que ser atendidos…las minorías.
Los legisladores constituyentes decidieron que había dos caminos: La representación nominal, es decir, la expresión del electorado alrededor de la competencia de los candidatos a ocupar curules, y la representación de las tendencias políticas presentados por los entes fundamentales de representación…los partidos políticos.
Notemos que en este sistema se desdeña a quienes siempre son mayoría, los independientes.
La papeleta electoral, que no es una muestra de buen diseño, también nos ofrece la posibilidad de votar por el conjunto que se presenta a la consideración de los electores. Para ello existe una opción “seleccionar todo”.
Debemos llamar la atención al hecho notable de que las fuerzas de la opinión contraria al régimen se han aglutinado en una sola expresión, mientras que los afectos a la destrucción (perdón, al régimen) se presentan en una multicolor y grosera multiplicidad de “tarjetas” que desdicen y pervierten el sistema. Detrás de este eventos se esconden todas las marramuncias habidas y por haber.
No podemos omitir la barbaridad que se coloca por segunda vez a los electores venezolanos de la inequidad de la representación de los votantes. El CNE, ente fuertemente criticado por su falta de imparcialidad y otros defectos, ha violado de manera grosera la forma de representación de los electores, en las distintas circunscripciones o estados de la república. Entendemos que existen localidades donde la densidad poblacional es baja, en los que basta con diez mil y tantos votos para elegir un diputado, mientras que en estados de alta población como en Miranda, Zulia y la capital, donde solo se elige un representante por un número ocho veces mayor. No pareciera justo.
Pensamos que el sistema electoral al que nos someteremos tiene otra carácterística. Las condiciones de borde, como dicen los matemáticos, están diseñadas para que el resultado sea muy cercano a la paridad. Es decir, aunque numéricamente sea distinto, el resultado de la elección no se parecerá al de la votación. El resultado será “parejo” aunque el número de votos sea de proporciones muy diferentes. Incluso, se podría dar el caso de que, como ya ha sucedido en la oportunidad anterior, que los cómplices del régimen diseñaron una distribución por sectores que le dio supremacía en el congreso que ahora llega a su término.
De todas formas, lo importante es que TODOS expresemos nuestra opinión y voluntad. Entre otras cosas para decirle a Venezuela y al mundo que nuestro país es DEMOCRÁTICO.
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@rafael862