Bien sabido es que el turista enterado huye de ciertos lugares como de la peste y el local puede pasar años sin pisar esas mismas zonas, pero ¡basta de prejuicios! Incluso en una ciudad tan saturada de trampas para turistas como Barcelona, donde al visitante ha de planificar en qué local se sienta con tanta atención como si estuviese jugando al buscaminas, hay sitios para comer muy bien en las zonas más turísticas sin sentir que te están timando. Seleccionamos algunos de los mejores para que siempre vayas sobre seguro. Traveler.es
PLAZA CATALUNYA
El espacio, entre el Triangle, el Apple y el Corte Inglés, está limitado, pero el recientísimo La esquina (Bergara 2) ha llegado para mostrarnos que comer aquí no tiene que suponer forzosamente acudir al Hard Rock’s café. Es uno de esos lugares modernos con rollaco en los que lo mismo te tomas un –delicioso – café con pastelito que un menú combi por 15 euros que consta de un plato con tres elaboraciones distintas. Rollo británico, cafeteras italianas y buen gusto internacional.
A dos pasos, la Ronda de la Universitat multiplica la oferta gastronómica. Nos quedamos con la hamburguesas del Bacoa (Ronda Universitat 31) y los platos sanos y deliciosos delWoki Organic Market (Ronda Universitat 20).
LAS RAMBLAS
Terreno peliagudo. Algunos de los peores ejemplos de lo mal que trata la ciudad a sus turistas y del poco respeto por la noble profesión de dar de comer a los demás están aquí, en forma de combos de paella+sangría y tapas revenidas de dudosa frescura. Y es absurdo e imperdonable, porque en las Ramblas está la Boquería, del que ya hemos hecho una disección aquí. Si se desea comer con vistas a la calle, el bar del Centro Gallego es un lugar curioso no muy conocido, con las clásicas tapas gallegas y un menú del día a buen precio (Rambla 37), y en la parte baja, a un paso del colón, recomendamos el histórico Amaya (Rambla 20). Ojo, que hay truqui: hay que pasar completamente de la terraza y entrar en el restaurante, donde se encuentran los camareros de toda la vida, la buena comida y el buen hacer.
PLAZA REIAL
Si, pese a todo, la oferta de la Rambla no convence, basta con acercarse a la contigua Plaza Reial para encontrar una plétora de ofertas de restaurantes para todos los gustos y bolsillos. Destacamos el hotel DO. Reial (Plaça Reial 1), ya sea su forma de “La cuina del DO”, la opción de más de altos vuelos en las antiguas bodegas, recogido y exclusivo, o en la terraza a pie de plaza, para tomar tapas y platillos informales (o incluso el terrado, con unas vistas bárbaras).
Del otro lado de las arcadas, el Ocaña (Plaça Reial 13-15) es café, coctelería, restaurante mexicano contemporáneo y uno de los lugares en los que estar. Y a un paso, los responsables de dos restaurantes de cocina creativa sencilla con toques gallegos que vuelven loco a todo el que los conoce, el Arume y el Cera 23, han abierto el Viana (Vidre 7). No necesitamos más datos para ir de cabeza.
PORTAL DEL ÁNGEL
En medio de una jornada de compras intensiva y agotadora, el Cercle (Carrer dels Arsc 5)resplandece como una pausa soñada. Barra japonesa, terraza con vistas que harán que todos los compradores que salen del HyM te envidien mucho, un restaurante clásico que recuerda a comer dentro de un museo y la oportunidad única de conocer por dentro elReal Cercle Artístic.
PLAZA DE SANT JAUME
Es fácil: es prácticamente la única opción, pero no necesitamos nada más. Los bocadillos deCan Conesa (Llibreteria 1) no son algo que te saca del paso si estás por la zona, son algo por lo que te desplazas a propósito estés donde estés.
CAMP NOU
Los aledaños del campo del Barça son un buen compendio de bares populosos en los que tomar un tentempié antes o después del partido y de restaurantes de toda la vida del barrio de Les Corts. Entre estos últimos, el de mayor fama es Can Fusté (Gran Vía de Carlos III 50), uno de esos lugares de comida de mercado a los que poder llevar a tu padre o a tu abueloporque son garantía de comer “como Dios manda”. Para algo más informal, el Taller de Tapas del barrio (Travessera de les Corts 64) es adecuado para grupos con gustos diversos.
PARQUE GÜELL
Las opciones por aquí no son para tirar las campanas al vuelo (es un parque, no habrá mejor plan que llevar el bocadillo en la mochila), pero si se evita salir por la puerta principal, la del carrer D’Olot, y se elige la de la derecha, la de la carretera del Carmel, elrestaurante Terra Mia (Ramiro de Maetzu 31) es un italiano (sardo) sencillo, pequeño y auténtico con una terracita de esas que te harán prometerte a ti mismo volver expresamente sólo para sentarte en ella una vez más.
SAGRADA FAMILIA
Entre los autobuses y las colas de visitantes a la prima donna de las iglesias barcelonís, destacan algunos sitios excelentes en los que comer cosas no demasiado obvias. Lata-barra(Mallorca 438) es el propósito personal de Carmen, que cuando se enamoró de una marca de latas de conservas francesas, pensó que eran tan buenas que tenía que abrir un restaurante para servirlas.
Hoy, su éxito demuestra que no estaba equivocada. En un pasaje también al lado de la Sagrada Familia, La Taquería (Passatge del Font 5) es un mexicano de batalla con unos excelentes tacos de chuparse los dedos, mientras que el Oporto (Sardenya 296) es el restaurante portugués de comida casera por el que los bacalaoadictos llevábamos tiempo suspirando. Y, esto merece una exclamación de júbilo, ¡tienen francesinhas!