Los males no vienen solos y en América Latina menos. Según la Organización Mundial de la Salud, tenemos las puertas abiertas a enfermedades que no pueden desarrollarse en zonas con altos niveles de salubridad, perfecta disposición de aguas y excelentes servicios públicos. Estas fallas, nos ponen en alerta ante la llegada de una prima hermana de la chikungunya, la fiebre conocida como zika.
Pese a que los investigadores no se ponen de acuerdo en torno a la fuerza con que ataca al ser humano, los laboratorios arrojan que ella tiene particular parecido con sus parientes, incluido, el dengue. El gran problema que presenta, a diferencia de sus homólogos, es que arrastra la posibilidad de transmitirse por vía sexual, lo que la convierte en una virosis sumamente poderosa.
De acuerdo con el trabajo de investigación de Didier Musso y colaboradores, publicado en la revista Emerging Infectious Diseases que elabora el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos, en 2012 un paciente en Tahití fue a consulta al encontrar restos de sangre en el fluido seminal que al ser analizado arrojó presencia del zika virus. En 2008, un norteamericano que llegaba de Senegal mostró igual cuadro. Este sostuvo relaciones con su esposa, que no había viajado, y posteriormente manifestó zika.
Transmitido por el ya conocido mosquito Aedes Aegipti, este zika no es nada joven. Proviene de África, donde se avistó por primera vez en 1947 en un mono, pero para 1954 ya estaba en humanos.
En nuestro país, específicamente en Carabobo, María Auxiliadora Rangel, epidemióloga de la entidad, anunció que el ejecutivo regional a través del Instituto para la Salud (Insalud) activó un cerco ante la alerta registrada en Colombia y Brasil. Esta medida, tendría mayor urgencia en Zulia, un estado fronterizo, sin embargo, las autoridades sanitarias no aportan información al respecto aún cuando fueron consultadas. La funcionaria adscrita a Carabobo, sí manifestó la intención de vigilar los accesos a la región en el puerto y aeropuertos del estado, con la finalidad de hacer un diagnóstico diferencial y dar respuesta ante un posible caso.
Según expertos en la materia, a diferencia de virosis parecidas, esta provoca erupción en la piel con puntos blancos y rojos (que comienza en el rostro y luego pasa al resto del cuerpo), dolor e inflamación en las articulaciones (más leve que en el dengue), dolor de cabeza, dolor en la parte posterior de los ojos, conjuntivitis y fiebre, que no supera los 39 grados, sin embargo, no reporta casos fatales. El período de incubación —desde que el mosquito pica hasta que se manifiesta— puede durar entre dos y 13 días y los síntomas clínicos, entre cuatro y siete, y en ocasiones, hasta catorce. En raras ocasiones es asintomática. El paciente puede tener el virus en el cuerpo, con presencia leve.
En cuanto al tratamiento para quien padece zika, no existe como tampoco la vacuna. Lo que se puede hacer, señalan especialistas, es reposar y consumir mucha agua.