Nicolás Maduro dijo que no vino a Puerto Ordaz a propagandear. No, no. Eso no. Incluso, antes de entrar en cadena nacional de radio y televisión, pidió respeto para la veda electoral, porque “la veda electoral es como cuando dicen que hay veda de lapa, ¿verdá?”, reseñó El Correo del Caroní.
Marcos David Valverde
Pero las contradicciones, a continuación, deslucieron sus deseos, si los hubo francamente. Ante el hito de la casa 900 mil de la Misión Vivienda, que develaría en breve en Villa Jade, el Presidente de la República estuvo acompañado por dos candidatos a diputados del Partido Socialista Unido de Venezuela: Cilia Flores y Héctor Rodríguez.
Ese fue el punto de partida. Hubo más, por supuesto. Por ejemplo, la presencia de otros candidatos pesuvistas, como Tito Oviedo (circuito 1) y Ángel Marcano y Nancy Ascencio (circuito 2).
Hubo continuación. Pronto, el Presidente de la República comenzó a referirse a la oposición con la palabra habitual: pelucones esto, pelucones aquello. “¿Ustedes han visto a un pelucón construyendo una casa? No, porque no saben. Antes, en la cuarta república, la gente no podía se propietaria de sus casas por el capitalismo pelucón”, dijo. Esto último, por cierto, pese a que el gobierno no otorga títulos de propiedad para los techos de la GMVV.
Los abusos
El tinglado propagandístico estaba montado desde antes de la llegada de Nicolás Maduro. Por ejemplo, el animador escogido para la ocasión, Héctor Herrera Jiménez (presidente de Inviobras), se explayó en dispendios para los aspirantes a diputados de la tolda roja.
“Recuerden: cuando estemos en cámaras no podemos sacar nada del partido, de nuestros candidatos. Ahorita sí, pero en vivo no, porque después salen los llorones, esa oposición macabra que no volverá (…) tenemos que recordar cómo se vota: arriba y a la izquierda, en los ojos de Chávez, seleccionar todo; abajo, por Conive, y luego votar. Pero con las cámaras en vivo no podemos decir eso”, repetía. Luego, Alí Primera cantaba: basta de mentes hipócritas…
Las fachadas de las casas, además, exhibían la silueta de los ojos de Hugo Chávez: un símbolo que promueve, además del culto a la personalidad, al PSUV: esos ojos son los que aparecen en el tarjetón electoral… Todo ello sin contar que viola el principio de igualdad, pues condiciona un beneficio social con una parcialidad política.
Otro hecho de corrupción fue el uso de autobuses de la Corporación Venezolana de Guayana y de Transbolívar para el traslado de los asistentes al acto.
¿Qué tan dignas?
En Villa Jade, este viernes, había secuelas del trasnocho. María Mieles, quien esperaba al presidente con pancartas en la entrada del sector, dijo que “este asfaltado lo terminaron en la madrugada”. El asfalto, ciertamente, era solo eso: una pista de asfalto rodeada de barro.
La ausencia de los drenajes hizo malas jugadas: luego del chaparrón, eran varios los que, afanosamente, sacaban el agua que anegaba las calles.
“Anoche, cuando abrimos las tuberías, se rompieron. Fue porque cogieron la presión del agua y se disparó. Fue porque la misión importó una pega chimba. Además, acaba de llover, así que puedes ver los detalles”, comentó Víctor Herrera, integrante de la Misión Ribas, otra organización que fue parte de levantamiento del urbanismo.
Cuando terminó la cadena, Nicolás Maduro continuó hablando para Venezolana de Televisión. Continuó lo de pelucones. Continuó lo de la reivindicación y lo de la justicia social. Continuó lo de gracias al comandante eterno. Continuaron, otra vez, las promesas.
Rajoy en la mira
Este viernes, en Puerto Ordaz, el presidente de la República, Nicolás Maduro, dedicó buena parte de su alocución en cadena nacional a insultar al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.
“La derecha despreciable de España cantó victoria antes de tiempo. Cada vez que hablas de Venezuela, te secas, Rajoy. Chao, chao, Rajoy. Good bye, Rajoy. Go home, Rajoy”, dijo.
La Cancillería venezolana rechazó el jueves pasado una carta suscrita por los jefes de Gobierno de España y el Reino Unido, Mariano Rajoy y David Cameron, en la que estos pidieron un proceso libre y transparente en las elecciones legislativas del domingo en el país.
Un comunicado de la Cancillería calificó la carta firmada por Rajoy y Cameron, entre otros, como una “grosera injerencia y doble rasero sobre asuntos de la absoluta competencia del Estado venezolano”.