Hoy en Venezuela se respiran aires de cambio, esperanza y libertad. Los capos del narcogobierno venezolano huelen a cadáver, muchos amanecieron con el culillo a millón, pero apelo a la dignidad de venezolanos que deben tener en lo más recóndito de sus corazones para afrontar los resultados y reconocer la derrota
Durante esta campaña electoral, la más brutal y sucia de la última década, el amedrentamiento contra los funcionarios públicos y militares de menor rango, fue peor que la que utilizó Pinochet en Chile en víspera del referéndum que lo sacó del poder. Es justamente este abuso el motor que impulsa el cambio inminente que hoy comienza.
Hay suficientes razones para salir a votar hoy. La miseria que sufre el país no tiene punto de comparación en ninguna otra época de su historia, la inflación, el alto costo de la vida, el desabastecimiento; la inseguridad (el segundo más inseguro del mundo); las autopistas y calles en peores condiciones que las de un país en guerra; las instituciones secuestradas por poder ejecutivo al servicio del narcotráfico y la justicia con cifras cercanas al 95% de impunidad.
Seriamente llamo la atención a los padres venezolanos. Si queremos que en cualquier momento se legalice la droga en nuestra Venezuela, entonces salgan a elegir como diputados a los ya señalados por las Agencias Internacionales de Investigación como Narcotraficantes Solo en Monagas tienen de candidatos a la plana mayor del Cartel de los Soles (Diosdado Cabello y Hugo “El Pollo” Carvajal), semejante desfachatez. ¿No es suficiente saber que abofetean al pueblo con sus lujos y excesos? ¿De dónde sacan para pagar los 30 guardaespaldas que tiene cada hijo y los vehículos y gastos que eso genera?
Los motivos realmente sobran para rechazar esta desgracia que vive el país. Si usted, amigo lector cree que el Gobierno de Maduro es decente, entonces vote por el P.S.U.V. Si cree que esta gestión en 17 años ha mejorado los servicios de salud y ha elevado la calidad de vida de los venezolanos, dele continuidad a ese desastre, vote por ellos.
Los ayer golpistas, hoy magnates narcogobernantes, llevan tatuada la mentira y la traición en su alma, por eso ven el fantasma de la guerra en todos lados. La fulana guerra económica que solo existe en la mente de los incapaces no es más que un ardid con el que tratan de ocultar la incapacidad en el manejo de los asuntos económicos del país. En las últimas semanas han derrochado limosnas al pueblo, lo que no han resuelto en 17 años, lo ofrecen y lo prometen como desesperados. Amén de la sarta de amenazas de lanzarse a la calle si pierden esos espacios de la Asamblea Nacional. Es el remordimiento que les carcome por poner el aparato productivo al servicio del populismo miserable y destructor. La guerra económica que está a cargo de un ejército de soldados formados en las industrias, fincas, y haciendas confiscadas, que arrasaron más de 4 millones de hectáreas de tierras productivas. Esa es la verdadera guerra económica de la que ellos tanto hablan, una guerra provocada y alimentada por ellos mismos y que saben que ahora es irreversible.
Pero hasta una mala gestión económica pudiéramos “entenderla” si estuviera sostenida sobre la base de una ideología sólida y en el valor del ejemplo, pero lo que es intolerable es la inmoralidad de una familia presidencial vinculada a hechos tan vergonzosos como el narcotráfico. Es indignante que a casi un mes del escándalo causado por la detención en Haití, de los NARCOSOBRINOS de la Primera Dama, no haya habido un pronunciamiento por parte del gobierno, o una renuncia honrosa de la familia presidencial que es lo mínimo que podría esperarse en un país civilizado, al saber que la DEA tiene pruebas contundentes, grabaciones y filmaciones que involucran a altos funcionarios de la Revolución Castro-Chavista. Solo chillan como hienas diciendo que el imperio los odia y es capaz de todo. Eso solo nos indica que los Gringos los tienen agarrados por los testículos y no tienen coartada para esta situación. Están gastando una millonada de dinero del pueblo venezolano, en la defensa de los malandritos protegidos. El descaro es inmenso, grotesco, incalculable.
El mundo está pendiente de lo que sucederá está noche en Venezuela, pero no hay lugar a dudas que el narcogobierno está moribundo y con o sin la observación internacional de la O.E.A y la Unión Europea, la comunidad internacional tiene identificados a los verdaderos forajidos – golpistas a quienes, muy probablemente el 17 de los corrientes dejarán pegados de los fríos barrotes en las cárceles Neoyorquinas.
Hay muchas más razones para salir a votar y cumplir con el sagrado deber con la patria. Así como usted hace una kilométrica cola y pierde más de medio día para comprar un kilo de azúcar, haga la cola para sacar del gobierno a quienes destruyeron el aparato productivo y generaron esta espiral inflacionaria y de escasez. Si el sol está inclemente, protéjase y disfrute de sus beneficios como si fuera un día de playa, si por el contrario cae un torrencial aguacero agradezca a Dios la bendición de la lluvia y la fertilidad de la tierra; piense que después de la tormenta viene la calma. Como sea, hoy en Venezuela es un gran día, pero mejores serán los días por venir.
Por la libertad, por la independencia, por el rescate de la democracia y sobre todo por la dignidad y la moral pisoteada por capos y cárteles de la droga, salga a votar, no será un sacrificio, será una inversión para el futuro. ¡Échele una mano a Venezuela!, retome la Fé, suelte la indiferencia, ¡VOTE! Ahora o nunca.
Por el rescate de la patria y la dignidad de mi pueblo, seguiré aquí dando la pelea con lo único que me queda MI PLUMA y MI PALABRA.
José Gregorio Briceño Torrealba
“El Gato” Briceño.
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