Con una nueva Asamblea, posiblemente sabremos cuando murió Chávez, porque mataron a Anderson y Serra y de donde es Maduro.
Gerson Revanales
Este sábado ante la muerte anunciada del proyecto Chavista en manos de Nicolás, este Balcón se cubre de flores como “balcón sevillano” al celebrar -como decía el eterno- la unión de pueblo y las Fuerzas Armadas con la bendición de la comunidad internacional y una alianza que pudo abortar algunas intenciones de desconocer la decisión del poder originario y pasar a retiro a quienes se opusieron a las perversas aventuras de algunos ángeles del apocalípticos del oficialismo.
Sin ser invocada ni aplicada, la Carta Democrática se hizo presente al amparo del poder moral de las presidentes Chinchilla y Moscoso y los presidentes Pastrana, Quiroga y La Calle, quienes valientemente enfrentaron los embates del oficialismo y activaron un frente con el resultado que todos conocemos.
Lamentablemente el gobierno y en particular Maduro no entendió el mensaje que el pueblo le dio, al insistir en un lenguaje y unos argumentos que el país no compro como la guerra económica, el imperialismo o la oligarquía; sin ver que el voto castigo fue por su desinterés por el alto costo de la vida; la inflación, el desempleo, la inseguridad y la agresividad hacia quienes piensan distinto, como han sido las vejaciones a que fueron sometidos recientemente los ex ministros Giordani y Navarro por pronosticar esta muerte anunciada.
Esta semana se hizo una Mesa Redonda en el Consejo Venezolano de Relaciones Exteriores (COVRI) para evaluar la dimensión internacional de las elecciones; entre las conclusiones destacaron además del excelente trabajo realizado por la Unidad Internacional de la Mesa de la Unidad bajo la coordinación del diputado por el Zulia Timoteo Zambrano; el cambio cuantitativo en la composición de la Asamblea y cualitativo en el ejercicio de sus funciones, cómo será el control legislativo en la política exterior, contenidos en los artículos 187 y 222 de la CRBV. Solo le recordamos a los “alzaditos” que la constitución en su Art 223 obliga a los funcionarios a comparecer ante ella y a los jueces la obligatoriedad de evacuar la pruebas que le transmita la Asamblea, Art 224.
El ejercicio de estos controles podrá fin a la regaladera de petróleo; a la firma de acuerdos y tratados no compatibles con el interés nacional; la viajadera sin razón; la designación de embajadores sin experiencia ni credenciales y un paraito a la carrera armamentista con la compra de chatarra a Rusia y China. Es así porque el control legislativo en la política exterior es una cuestión de soberanía.