En esta semana que recién comienza, se cumplen dos años en que asumimos nuestros cargos los 337 alcaldes y 2435 concejales que fuimos elegidos el 8 de diciembre de 2013.
Ha transcurrido la mitad de nuestro período, tiempo suficiente para que quienes votaron por nosotros pueden hacer una clara evaluación del desempeño de nuestra vocación de servicio y condiciones de honorabilidad. Ya la gestión -el hacer y no el decir- ha definido el tipo de ciudad que cada uno ha sido capaz de construir.
En el mismo país, e incluso dentro de un mismo estado, atravesando todos la misma crisis económica, vemos como hay municipios que se han desarrollado muchísimo más que otros. Somos testigos de como autoridades municipales han enfrentado las dificultades comunes de forma diferente produciendo resultados, igualmente diferentes, dando lugar a ciudades incomparables siendo vecinas, porque es el criterio, la capacidad gerencial y política de estas autoridades lo que termina definiendo la calidad de vida de los habitantes de tales localidades.
Vivimos momentos de cambio, el resultado del 6 de Diciembre debe ser una lección para todos los que ocupamos cargos de elección popular, la ciudadanía premia o castiga con su voto. Las profundas dificultades por las que estamos pasando, el desastre en que se ha sumido al país, nos obliga a tener una actitud mucho más proactiva y a estar al lado de quienes más nos necesitan.
Todos los funcionarios electos, debemos valorar y respetar la confianza que con su voto nos premió la ciudadanía, actuar apegados a nuestros principios y conciencia, mantener nuestro compromiso con el país, con la ciudad y sus habitantes y alzar la voz siempre en favor de las comunidades, hacer las criticas necesarias a la gestión de cualquier autoridad que afecte la calidad de vida en el territorio bajo nuestra competencia sin importar si pertenece o no a la misma tendencia política por la que fuimos electos. Le tocará al elector evaluar quienes han tenido una conducta cómplice en perjuicio de sus coterráneos.
Quienes criticamos las formas de proceder del oficialismo y queremos lograr un cambio profundo en la conducción de nuestro país, debemos mostrar con ejemplos que somos diferentes y que nuestros actos también lo son. En mi caso, como concejal de municipio Valencia, me he negado a callar ante los errores que cometen nuestros gobernantes. He tratado de llevar a la cámara el sentir de los vecinos para que conjuntamente con las fuerzas vivas procuremos las mejores soluciones, porque mantengo que es tiempo de actuar en conjunto, no es tiempo de improvisaciones, que debemos acudir al talento e inteligencia de las instituciones presentes en la sociedad civil organizada que está dispuesta a contribuir en la construcción de nuestra ciudad. Hoy, a dos años, ratifico que mi compromiso es con Valencia y sus ciudadanos y nada me apartará del empeño de seguir luchando para hacer que tengamos el mejor municipio del país, no cayendo en actitudes o comportamientos que tanto hemos criticado…..aun asumiendo el riesgo de ser incómoda para quienes preferirían silencios encubridores para tapar sus ineficiencias y/o corruptelas
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