Querido Niño Jesús, te escribo esta humilde carta, aunque dejé de ser un niño hace unos cuantos años, mi fe hacia ti sigue intacta. A mis hijos les he enseñado a preservar el amor y la esperanza que tú significas en la vida de los seres humanos y por eso a pocas horas de tu llegada quisiera rendirme nuevamente ante ti.
Hoy, como todos los años, quisiera hacer un alto en mis ocupaciones para hacerte llegar este mensaje. En Venezuela celebramos, aun, con mucha humildad e ilusión el triunfo de la Unidad Democrática, del pasado 6 de diciembre. Una victoria que nos ofrece una bocanada de cambio y futuro. Una demostración de que el pueblo venezolano decidió mejorar su calidad de vida y creer en lo nuevo, con miras a crecer y tener un futuro de progreso y oportunidades; sin distingos ni divisiones.
Por eso, hoy te escribo en nombre de un pueblo que decidió cambiar. Lo que te pediré en estas líneas va más allá de obsequios materiales o individualistas, quisiera pedirte por y para Venezuela, para nuestra ciudad de Caracas y para toda nuestra familia del municipio Sucre.
Te pido, querido Niño Jesús, mucha fuerza y valentía para asumir lo que está por llegar. Los cambios pueden ser difíciles pero estamos convencidos que serán para mejorar. Dale a nuestro pueblo entereza para superar los malos momentos, porque aunque toda nuestra disposición está puesta en solucionar sus problemas, debemos ser honestos al decir que atravesamos uno de los peores momentos de nuestra historia.
Te pido, también, que refuerces en nosotros, los dirigentes políticos, el valor y la disposición de trabajar sin descanso. Esclarece nuestro camino y permítenos ver con mayor objetividad las decisiones que debemos tomar en pro del bienestar de nuestro pueblo.
Te pido con mucho respeto: paz, tranquilidad y oportunidades para trabajar y sacar adelante a este pueblo honrado y bondadoso. Te pido, además, que nos entendamos y unamos como hermanos venezolanos, que las divisiones se queden en el pasado y que nos acompañes en este camino que todos juntos debemos emprender.
Te pido para nuestra familia del municipio Sucre, que nos permitas seguir llevando por buen camino a quienes hace 7 años nos ofrecieron su confianza y a quienes con el tiempo han creído en nosotros. Por eso pido justicia ciudadana, para poder seguir desarrollando nuestros planes y proyectos, que decantan en un mejor municipio: limpio, seguro, habitable y con calidad de vida para todos por igual.
Pido que la fe nos acompañe siempre, que nunca se muden la esperanza y el amor que sentimos hacia la vida y el futuro. Pido por ellos, nuestro pueblo; por nosotros, sus líderes y dirigentes, que el nuevo año sea un período de prosperidad, oportunidades, unión y bienestar para todo nuestro municipio y para toda nuestra amada Venezuela.
Finalmente, con mucho cariño y con toda la fe que tengo en ti, pido le concedas salud a nuestro pequeño Pablo, para su pronta recuperación. Esperamos verlo de nuevo sano y feliz, jugando al fútbol y construyendo su futuro.
Se despide tu fiel creyente.
Jorge Barroso.-