En la última columna de este año comienzo por desear todo lo mejor para nuestros pacientes lectores.El 2015 que está por finalizar vivimos una increíble paradoja: ha sido el más rudo en medio de la gravísima crisis económica y a la vez nos ha reportado el más grande triunfo político conocido a lo largo de los últimos tres lustros.
Todo indica que los primeros meses del 2016 serán aún más duros que los conocidos hasta ahora en materia de escasez y de inflación, paradójicamente también entramos en un período que pese a sus riesgos ofrece inmensas posibilidades para avanzar en la dirección de alcanzar el cambio político necesario; tal como lo hemos señalado en anteriores oportunidades podría situarnos en el umbral de un cambio de época.
No hay señales del gobierno que anuncien su disposición a cambiar de rumbo, muy por el contrario su comportamiento persiste en el error, pareciera no acusar el golpe y se resiste a asimilar la lección. El desconcierto reina por esos ambientes, concentran los esfuerzos en evitar la desbandada. La inconformidad y el descontento recorre sus filas, como lógica consecuencia de quienes con soberbia y arrogancia se creían invencibles, trasmitían esa idea a sus seguidores que ahora presencian como el mito se derrumba. La insistencia en el equívoco se manifiesta igualmente cuando intentan mantener la cohesión radicalizándose y distanciándose cada vez más de las vivencias cotidianas de quienes hasta hace poco los respaldaban. La cúpula se aísla y por lo tanto se distancia peligrosamente de la realidad.
En ese complejo cuadro se desarrollará la actividad parlamentaria, espacio donde se desplazará el centro de gravedad de la política en su sentido más general. En el marco de las competencias del poder legislativo, las fuerzas democráticas con la mayoría calificada podrá cumplir con las fundamentales atribuciones de legislar y de controlar al ejecutivo.
Se asumirá la conducción de un poder del estado, no todo el poder y sobre todo no el poder ejecutivo. Esta obviedad ,la subrayó porque he visto solicitudes dirigidas a los nuevos diputados que van desde “reabrir el consulado de Miami”, hasta “armar un plan económico” como tareas de la próxima Asamblea Nacional, importantes requerimientos, es cierto, pero que escapan al ámbito de las competencias del órgano legislativo.
El rotundo triunfo del 6D ha sobredimensionado las expectativas en cuanto a las ejecutorias de la AN, una cosa es la variación sustancial del mapa político y las perspectivas que se abren para avanzar en la dirección del cambio, otra es la posibilidad de alcanzarlo con la sola presencia -importantísima- como hemos destacado, desde el Parlamento.
Para despejar el rumbo hacia el cambio político el próximo año resulta decisivo, exige de la dirección de las fuerzas democráticas agrupadas en la MUD conducir con el acierto que nos llevó a lograr el comando, la campaña y la tarjeta única. Preservar a toda costa la UNIDAD en medio del debate y la diversidad constituye un requisito sine qua non.
En los días recientes los medios alternativos y las redes sociales se inundaron de la polémica, originadas por algunas declaraciones inconvenientes e inoportunas (de distintos signos) que pudieran contaminar el ambiente unitario, tan imprescindible para abordar el porvenir.
No se estaba definiendo el rumbo, ni la táctica ni la estrategia. El trasfondo de la polémica era la selección de las autoridades a elegir el próximo 5E y su rol en una posible coyuntura. Debate absolutamente pertinente, pero imposible de realizar fructíferamente, teñido de calificativos y en el espacio de 140 caracteres.
En los intercambios en el seno de la pluralidad y la diversidad deben propiciar el encuentro en las áreas de coincidencias, las divergencias deben orientarse también en descubrir nuevas coincidencias en el terreno de la actuación común. Conservando las desacuerdos, por supuesto,en plano ideológico o doctrinario.
La MUD ha demostrado que no pierde de vista el objetivo central, aún frente a la incomprensión e incluso acusaciones y ataques provenientes del campo opositor, pudo perseverar y triunfar. Ante la nueva situación deberá actuar con la misma iniciativa, la creatividad y la constancia ya experimentada, para poder colocarse a la altura de las nuevas exigencias. Será así como podremos alcanzar los propósitos del cambio para progresar en libertad y democracia que constituyen el alfa y el omega de la lucha en la época que está por nacer!