Pedro Castro Guillen: Año 2015 el año en que colapsó el chavismo

Pedro Castro Guillen: Año 2015 el año en que colapsó el chavismo

Este año 2015 es el año en que colapsa el chavismo en una hecatombe de votos, de conciencia ciudadana que asumió el reto de derrotar al socialismo salvaje del siglo xxi por la vía democrática. Esto es el resultado de un proceso en que se fueron entrelazando varias circunstancias que al final terminaron marcando el fin de la hegemonía política del chavismo.

La muerte del líder único el Presidente Chávez, en medio de un secretismo y de un intento de elevarlo artificialmente a la categoría de leyenda política en actos rimbombantes cada vez más vacíos y forzados, que trajo como resultado paradójico la minusvalía de todos sus herederos en seres minúsculos cuyo único merito es haber sido sus mandaderos; porque como ellos mismos se han encargado de perifonear hasta el cansancio jamás se les ocurrió una idea, nunca tuvieron ninguna iniciativa, porque todas las “brillanteces y realizaciones” eran del comandante. Con lo que el chavismo con la muerte de Chávez queda acéfalo y regado en un archipiélago de facciones cada una ocupada de sus propios intereses.

La caída de los precios del petróleo que profundizó una crisis económica que ya había comenzado con los precios del barril petrolero a $100, por la insensatez de reproducir lo que Chávez consideraba el modelo cubano –si es que semejante cosa existe- en Venezuela; que en la práctica lo que ha significado es un infierno de controles de todo tipo que emascula la economía de mercado desencadenando un proceso hiperinflacionario que destruye la economía productiva causando escasez y desabastecimiento. La industria petrolera PDVSA sufre un descalabro de incalculables consecuencias como resultado de una orgía de incompetencia económica, financiera, política y estratégica y sobre todo por una corrupción escandalosa que la vincula a procesos oscuros.

El derrumbe de la economía ha impulsado el crecimiento de la pobreza a niveles nunca visto, 73%, con un nivel de pobreza extrema más elevado que la pobreza “normal”. El aumento de la inseguridad personal a niveles espeluznante ante la total indiferencia del régimen, 27.875 homicidios en el 2015; pero con un agravante como lo es el aumento de la represión en los barrios, en los desarrollos habitacionales de la Misión Vivienda, las llamadas operaciones de la OLP han desatado una ola de violencia represiva sin precedentes en el país y sobre todo contraria a la retórica revolucionaria de estos 17 años. Hambre y represión han terminado aparatando de manera radical a las masas del PSUV, acabando con la hegemonía social del chavismo.

El liderazgo chavista se muestra no sólo escaso de ideas, repetitivo de unos logros inexistentes, demasiado recostado del ectoplasma de Chávez, sino además extremadamente enfrascado en sus interés particulares, protegiéndose de las cada vez más abiertas acusaciones provenientes del exterior de negociados, cuentas privadas, blanqueo de dinero, narcotráfico, tratando de escudarse en la bandera nacional sin dar respuestas creíbles y pertinentes a las denuncias y por supuesto negándose tozudamente a abrir cualquier averiguación o a dar alguna explicación al país. Con lo que ha cavado con su credibilidad nacional e internacional.

La convergencia de todo lo anterior ha terminado por causar el descalabro político del oficialismo, a pesar de ir a un proceso electoral aprovechando masivamente la ventaja del uso y abuso de los recursos del Estado, en medio del más escandaloso fraude continuado con la complicidad del CNE, sin embargo, recibir una contundente derrota por la alianza democrática que de esta manera recibe un claro mandato para conducir el país hacia la reinstitucionalización democrática y la recuperación económica del país.

@pedrovcastrog

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