“Cuanto más alto estemos situados, más humildes debemos ser” (Marco Tulio Cicerón)
La victoria de la Unidad y de nuestra clase política, es propicia para reflexionar sobre la historia anterior y sobre la humildad: Una virtud que tiene quien está consciente de sus propias limitaciones y debilidades, independientemente de la posición económica o social. Una persona humilde no pretende estar por encima ni por debajo de nadie, sabe que todos somos iguales y que nuestra existencia tiene el mismo grado de dignidad. No es soberbia, no tiene complejos de superioridad, ni tiene la necesidad de estarle recordando constantemente a los demás sus éxitos y logros.
Por la MUD votó la oposición, pero también votaron los chavistas descontentos y los independientes que quieren un cambio. Por eso, en las nuevas propuestas debe incluirse a todos esos venezolanos, diseñando desde ya una unidad programática con amplitud y sin sectarismo. La oposición tendrá que saber administrar esta victoria con prudencia, humildad, sabiduría, inteligencia y sensatez, porque todos hacemos falta.
Dirigentes políticos han manifestado que se debe manejar este triunfo con humildad: Chuo Torrealba: El país quería un cambio y lo logró al vencer democráticamente a un gobierno que no es democrático. Una nueva mayoría se expresó, pero no llegaremos a la Asamblea a atropellar a la minoría. En este proyecto cabemos todos, porque es un solo proyecto que se llama Venezuela, la Venezuela unida. Henrique Capriles: Quiero reiterar tres palabras frente a la victoria: humildad, madurez y mucha serenidad. Leopoldo López: Administremos la victoria con humildad y serenidad. Pero no paremos ni un momento en perseguir el cambio definitivo que tanto demanda el pueblo. Ahora toca materializar el cambio político, económico y social que permita al país salir de la crisis. Julio Borges: No puede haber dos Venezuela. No venimos con una factura, no venimos a una cacería de brujas ni a restregarle el triunfo a nadie. Nosotros somos los primeros que estamos asumiendo este triunfo con mucha humildad.
Pero toda regla tiene su excepción. Hay políticos que carecen de humildad, pero les sobra autosuficiencia, arrogancia y soberbia; valores más propios de los autoritarios que de los demócratas, de los reaccionarios que de los innovadores. A ellos sería aconsejable repetirle la famosa frase de la historia anterior usada por Tertuliano (adaptada a Venezuela): «Memento mori. Respice post te! Mulierem te ese memento» [“¡Recuerda que eres mortal. Mira tras de ti! Recuerda que eres una mujer” (y no una diosa)]. Una frase que traspasa el tiempo y el espacio y que una de nuestras mujeres líderes políticos debería escuchar cada mañana como un mantra, para bajarle los humos y situarla en la realidad.
*Abogado
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