Durante los años de la Revolución Francesa un pensador, al referirse a los borbones y sus partidarios dijo: “no aprendieron nada y no olvidaron nada”. En el caso del gobierno de Venezuela y sus dirigentes, parece ser aún más grave, porque en los diecisiete años que llevan gobernando el país, no han aprendido nada, y parece que han olvidado que las medidas que pretenden tomar para solucionar la crisis económica son las mismas que ya han implementado y que dieron origen a dicha crisis.
El presidente Nicolás Maduro, tomo un rumbo positivo al reconocer la existencia de una crisis y pedir un acuerdo con la Asamblea Nacional para aprobar un decreto de emergencia económica. Sin embargo, el problema comienza al inicio del decreto, cuando se refiere a la crisis como una situación “excepcional, extraordinaria y coyuntural”. La debacle que vive Venezuela no es producto del azar, la mala suerte o de la caída de los precios del petróleo únicamente, es un problema estructural causado por un modelo de desarrollo que de no corregirse terminara por llevar a la ruina al país.
En el mencionado decreto encontramos medidas positivas como la eliminación de requisitos burocráticos que dificultaban tanto la importación, como el tránsito de mercancía cuya consecuencia era incentivar focos de corrupción e impedir que los productos llegaran a los consumidores finales. Asimismo contiene medidas contraproducentes, como el posible corralito financiero que el gobierno podría aplicar al dinero de todos los venezolanos.
Es necesario que el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo Nacional lleguen a consensos mínimos sobre las políticas que deben aplicarse para salir de este atolladero, pues un enfrentamiento de poderes no daría ningún resultado positivo; los responsables de tomar decisiones deben estar dispuestos a ceder en sus posturas, de lo contrario la incertidumbre por un constante choque de fuerzas agravaría la crisis.
Por su parte, el presidente Maduro debe entender que la Asamblea Nacional no puede aprobar un cheque en blanco a los causantes del desequilibrio económico, mucho menos si lo que tienen previsto es repetir las medidas que ya se han intentado durante diecisiete años. Albert Einstein dijo “locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. Los venezolanos votaron por un cambio y la mayoría democrática defraudaría a su electorado si aprueba sin ninguna modificación un decreto que daría continuidad a un modelo fracasado.