La exmujer del fallecido fiscal argentino Alberto Nisman afirmó hoy que siente “que las cosas están cambiando para la investigación” de la muerte de su esposo, de la que este lunes se cumplió el primer aniversario, y valoró con buenos ojos los cambios implementados por el Gobierno de Mauricio Macri.
“Desde un principio, no bien me enteré que la muerte de Alberto había sido consecuencia de un arma de fuego, no tuve duda que lo habían matado”, dijo Sandra Arroyo Salgado en declaraciones a Radio Mitre.
La exesposa, querellante particular en la causa en nombre de las dos hijas menores de edad que tuvo con Nisman, siempre ha defendido la hipótesis del homicidio y se mostró muy crítica por la forma en la que la fiscal del caso, Viviana Fein, llevó la investigación hasta diciembre, cuando la jueza Fabiana Palmaghini asumió la iniciativa.
“Siento que las cosas están cambiando para la investigación. Espero que el Poder Judicial esté a la altura de las circunstancias. Pero no quiero condicionar a mis colegas, quiero ser respetuosa de su trabajo”, apuntó.
“Yo entiendo que en el expediente con las pruebas científicas incorporadas está demostrado que esto fue un homicidio”, continuó Arroyo Salgado, quien además sostuvo que el suceso estuvo “relacionado con su trabajo”, lo que justifica hablar de “magnicidio”.
Nisman, fiscal especial de la causa sobre el atentado contra la mutual judía AMIA que dejó 85 muertos en 1994, fue encontrado muerto en su domicilio de Buenos Aires, con un tiro en la sien, el 18 de enero de 2015.
Tras un año de investigación, aún no se ha esclarecido si la muerte del procurador fue un suicidio, un suicidio inducido o un homicidio.
“Siento que nuestro sistema no estuvo a la altura de las circunstancias, no estamos preparados para proteger y representar a las víctimas como corresponde”, opinó Arroyo Salgado, además de lamentar la mala “imagen” que proyectó Argentina al exterior respecto a la muerte de su exmarido.
Arroyo Salgado también valoró positivamente los cambios implementados por el nuevo Gobierno, con Mauricio Macri a la cabeza, quien el pasado domingo recibió a sus hijas y se comprometió públicamente con el esclarecimiento de la muerte.
La muerte del fiscal causó una fuerte conmoción social en Argentina y una grave crisis política ya que se produjo a escasos días de que Nisman hubiera presentado una denuncia, ya desestimada, contra la entonces presidenta, Cristina Fernández, por el presunto encubrimiento de terroristas iraníes implicados en el atentado contra la AMIA.
En la tarde de ayer, fecha en la que se cumplía el primer aniversario de la muerte, miles de personas se concentraron en la capital para recordar al fallecido fiscal, con velas encendidas y reclamos de justicia.