El jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, fue objeto de una broma de un programa de radio en la que un imitador se hace pasar por el presidente regional de Cataluña, Carles Puigdemont, para intentar concertar una reunión.
En la llamada, realizada ayer y emitida hoy en la emisora catalana Radio Fláixbac, Rajoy llega a atender al falso Puigdemont y le recuerda que ya se conocen desde hace un tiempo.
Ante la petición del imitador para fijar una reunión en Madrid, el jefe del Gobierno español le propone esperar a la próxima semana, una vez concluida la ronda de consultas del rey Felipe VI con los líderes políticos para la formación de un gobierno tras las elecciones del 20 de diciembre en España.
El propio Rajoy reconoce al falso presidente catalán la incertidumbre sobre la formación del gobierno tras las elecciones, en las que ningún partido logró mayoría suficiente y serán necesarios los pactos.
A la espera de que se decida “si hay investidura o no la hay”, Rajoy propone llamarle el lunes, 25 de enero, para acordar una fecha y señala que, como él tiene “la agenda muy libre”, ese encuentro podría fijarse para las 24 o 48 horas siguientes.
El presentador del programa se dirige entonces al presidente del Gobierno para comentarle que se trata de una broma, a lo que Rajoy contesta: “Comprenderá usted que esto no es serio. Hagan ustedes lo que quieran, pero, desde luego, no es serio”.
Fuentes del Gobierno subrayaron hoy que la reacción de Rajoy es una demostración de su disposición al diálogo con Cataluña, región del noroeste español inmersa en un proceso soberanista.
El presidente de la Generalitat (Gobierno catalán) reiteró ayer su compromiso para llevar a esta región española “a las puertas de un nuevo Estado” en forma de “república independiente” a través de un proceso de año y medio.
Los nacionalistas catalanes han evolucionado en los últimos años hacia posiciones independentistas, rechazadas por la Constitución española de 1978, hasta el punto de que el Tribunal Constitucional anuló por ilegal el intento de convocar una consulta secesionista y podría actuar contra los poderes públicos catalanes que vayan contra el ordenamiento jurídico. EFE