Luego de tres años de colas infernales, escasez humillante, hampa desbordada, la inflación más alta del mundo y la devaluación más grande de nuestra historia, el Gobierno descubrió la crisis y decretó la emergencia económica. Lo triste y lamentable fue que lejos de rectificar el modelo fracasado o de al menos admitir los errores, Maduro prefirió suspender las garantías constitucionales a través de un estado de excepción para terminar de raspar la olla.
No cabe duda que dicho decreto es inconstitucional y coloca a la población en un estado de indefensión ante sus verdugos, los mismos que han administrado la renta petrolera y vendido los dólares de nuestro petróleo durante ya diecisiete años continuos. Pero la causa de esta crisis fue justamente la ausencia de controles y el ejercicio ilimitado del poder político al servicio de un partido y una cúpula corrupta, razón por la cual el pueblo votó el pasado 6 de diciembre para que les pidamos cuentas y los cambiemos, y no para darle más poderes a quienes quebraron el país y son ya incapaces de rectificar. Maduro tuvo hasta hace poco una habilitante y un estado de excepción, y no hizo nada. Ya no tiene excusa.
¿Cómo se explica la emergencia económica en momentos en el que se crean nuevos ministerios, se incrementan los viajes presidenciales al exterior, se mantiene a Pastor Maldonado y María Gabriela Chávez a cuerpos de rey en el extranjero, se financian saraos como Corazón Llanero y se convoca a un Congreso de la “patria” partidista? Realmente la posición del Gobierno es descarada e irresponsable y amerita que se plantee una salida política a la insostenible crisis que solo se va a agudizar mientras los causantes estén en Miraflores.
En virtud de lo anterior proponemos la Enmienda Constitucional como mecanismo democrático, pacífico y electoral para cambiar de Gobierno cuanto antes. Se trataría de una modificación de unos pocos artículos para eliminar la reelección indefinida, recortar el período presidencial, instaurar la doble vuelta electoral y convocar unas nuevas elecciones presidenciales para este mismo año en conjunto con la de gobernadores. Lo anterior se puede aprobar en la Asamblea Nacional con solo mayoría simple y al final debe ser ratificado en referéndum por el pueblo soberano que hoy mayoritariamente clama por una salida urgente al drama que vive diariamente. La emergencia es también y sobretodo política. Que el pueblo decida su destino.
JOSÉ IGNACIO GUEDEZ
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