Una Celine Dion cubierta por velo se sentó en silencio el viernes en la Basílica Notre-Dame de Montreal mientras ella, junto con cientos de amigos, familiares y admiradores lamentaban la pérdida de su esposo y representante René Angélil.
Angélil falleció el 14 de enero, dos días antes de cumplir 74 años, después de padecer cáncer de garganta durante años.
La cantante no habló públicamente en el funeral, y en lugar de ello dejó que su hijo mayor, René-Charles, dirigiera un emotivo discurso laudatorio.
“Quince años no es mucho tiempo para que un hijo llegue a conocer a su padre. Tuviste una vida ocupada, pero nos comunicamos a través del golf, el hockey, el póquer y la carne ahumada”, dijo René-Charles Angélil, compartiendo una risa rápida con su madre que lo observaba desde la banca del frente.
“Tú me dejaste ahora con suficientes buenos recuerdos para compartir con mis hermanos menores (Eddy y Nelson)… Me aseguraré de transmitir lo que aprendí de ti”, continuó. “Te amo, papá”.
Dion y René-Charles habían dedicado casi siete horas el día previo agradeciendo a admiradores y dolientes durante una visita pública en la misma iglesia, a pocos metros del ataúd abierto que contenía el cuerpo de Angélil.