Un español y un italiano son los principales sospechosos del asesinato del ejecutivo español David Bernat, cuyo cuerpo apareció la semana pasada descuartizado en Bangkok, confirmaron a Efe fuentes cercanas a la investigación.
Las primeras investigaciones policiales apuntan a un caso secuestro, extorsión y asesinato.
“Creemos que podemos cerrar el caso en un par de días (…) Ahora estamos conectando las evidencias (…) De momento no hemos emitido ninguna orden de captura”, declaró a Efe el general de la Policía Panya Mamen, jefe de la investigación criminal.
La investigación se centra en un español nacido en Cataluña, al que la Policía se refiere con el nombre de Artur y que algunos medios tailandeses identifican como Artur Segarra.
“Pensamos que Artur está involucrado en alguna etapa del asesinato o quizás en todas”, dijo Panya, quien unas horas antes presentó en una rueda de prensa varias fotografías del sospechoso español tomadas en puestos fronterizos.
La Policía cree que “hay muchas personas involucradas” en el asesinato y por el momento no quieren “difundir toda la información” ni el número de sospechosos, entre los que podría más extranjeros y nacionales.
Panya remarcó que han publicado la foto del español sospechoso para tratar de recabar información sobre su paradero actual, que creen sigue aún en Tailandia porque su visado expiró hace un par de meses y no tienen registro de su salida.
El móvil del macabro crimen apunta hacia un secuestro y extorsión con el objetivo de lograr acceso a las cuentas bancarias de la víctima, cuya desaparición fue denunciada días atrás.
La Policía ha detectado “movimientos de grandes cantidades de dinero” desde las cuentas corrientes en Singapur del español asesinado hacia entidades bancarias en España y Tailandia, apuntaron fuentes cercanas a la investigación que pidieron el anonimato.
La víctima, un varón catalán de unos 40 años y de unos 165 centímetros de altura, fue vista por última vez con vida el pasado 20 de enero cuando salía de un apartamento en Bangkok conduciendo una moto y en compañía de otro occidental.
“Durante unos días, cuando nadie sabía donde estaba, la víctima respondía a los mensajes. No obstante usaba palabras y expresiones, en catalán, que él no solía utilizar”, indicaron a Efe fuentes próximas al asesinado.
El pasado sábado, la policía tailandesa localizó los primeros restos del cadáver en el río Chao Phraya, que atraviesa la capital tailandesa, y desde entonces han aparecido diseminados en el agua más partes del cuerpo.
El equipo forense confirmó que las siete partes encontradas pertenecían a la misma persona, quien posiblemente pereció por asfixia entre el 25 y el 27 de enero.
La Policía tailandesa, tras cotejar información y pruebas con la embajada de España en Bangkok, detalló este jueves que los datos del desaparecido y muerto coincidían.
La víctima fue retenida en algún lugar y “obligada a hacer transferencias” de dinero antes de que lo mataran, según la Policía.
“Cuando ya no tenía (dinero) o no era de utilidad, lo movieron de lugar para matarlo y desmembrarlo, probablemente, en otro emplazamiento. Más tarde tiraron el cuerpo al agua para borrar las evidencias”, agregó el policía que lidera la investigación, quien no recuerda un episodio similar en el país. EFE