Ha sido un largo trecho. Trabajamos en esto desde el año 2007. En aquella oportunidad, tras preparar el correspondiente anteproyecto, se presentó por primera vez la amnistía como iniciativa legislativa ciudadana, con el apoyo de casi 19000 firmas. Pese a que en estos casos la Constitución obliga a la AN a debatir tales iniciativas a más tardar en el periodo de sesiones inmediato siguiente a su presentación, esta discusión nunca se dio. Lo correcto hubiese sido entonces, porque así lo ordena el artículo 205 de nuestra Carta Magna, someter el proyecto presentado a un Referendo Aprobatorio, pero eso, pese a que lo solicitamos expresamente, tampoco sucedió. El gobierno estaba sin embargo obligado a responder. Por ello, en diciembre de ese año, aunque no tuvo el alcance mucho más amplio que la que propusimos, Chávez sacó desde su manga, y dictó, una amnistía, el 31 de diciembre de 2007. Ésta no rindió, como era de esperarse, los resultados deseados.
Tras ese tropezón, insistimos ante la Asamblea Nacional. De nuevo, como iniciativa ciudadana, y con el apoyo en esa oportunidad de casi 20000 firmas, presentamos en 2009 el Proyecto de “Ley de Amnistía General y Reconciliación Política”. Esta gestión fue completamente infructuosa. Sin embargo mantuvo sobre la palestra el tema de la persecución por motivos políticos, y se logró un intenso debate nacional sobre el tema.
En el año 2010 y en el contexto de la Huelga de Hambre que hicieron un grupo de estudiantes ante la sede de la OEA en Caracas, que dio lugar a la apertura de un compás de negociaciones en el que fungimos como mediadores entre los jóvenes y el Gobierno, representado en ese momento por el Ministro de Interior y Justicia, propusimos de nuevo directamente ante el Ministro el anteproyecto de ley, con la solicitud expresa de los estudiantes de que éste se presentara a la AN desde el Poder Ejecutivo. No se aceptó la Amnistía General, pero se logró la libertad bajo diferentes fórmulas legales para nueve presos políticos.
Sin embargo la tarea no estaba completa. Por eso insistimos de nuevo ante la Asamblea Nacional y en el año 2011 consignamos directamente ante una delegación de diputados opositores el anteproyecto de Ley de Amnistía. Esperábamos que dicho proyecto fuese sometido a consideración de la Plenaria de la AN como iniciativa parlamentaria, para lo cual lo único que se necesitaba, de acuerdo al numeral 3º del artículo 204 de la Constitución, era que al menos tres diputados (que los teníamos) se dieran a ello. Pero no pasó nada. El anteproyecto quedó engavetado.
Luego presentamos, ahora directamente ante la Presidencia de la República, el anteproyecto de Ley de Amnistía, esta vez en diciembre del mismo año 2011. Tampoco obtuvimos resultados.
Hoy todo es diferente. El pasado 11 de enero de 2016, de nuevo, tras casi 10 años de brega, consignamos de nuevo nuestro anteproyecto y como corolario obtuvimos, por fin, respuesta. La Comisión de Política Interior presentó esta semana que pasó un proyecto de Ley de Amnistía que, aunque es diferente del que nosotros elaboramos con la colaboración de casi 100 juristas y de múltiples ONG, pero sobre todo con los aportes de las víctimas directas de la persecución política, que conocemos de primera mano, tomó en cuenta gran parte de nuestras sugerencias. Estamos revisando ese documento para, con el mejor ánimo y con absoluta buena fe, plantear para el debate que vendrá algunas correcciones que estimamos necesarias para que la Ley que al final se apruebe sea lo más amplia y lo más efectiva posible.
Definitivamente, Dios concede la victoria a la constancia.