Las playas estaban vacías y militarizadas. Decenas de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana caminaban por ellas con sus fusiles al hombro. Iban en grupo y revisaban los bolsos y las pertenencias de aquellos temporadistas que consideraran sospechosos, publica El Carabobeño.
Uno de los militares, que prefirió omitir su identidad, señaló en playa Surfista que los uniformados pertenecen al Destacamento de Seguridad Urbana de Vargas y que estarán desde las 8:00 am hasta las 6:00 pm en las costas del estado hasta el próximo jueves.
“Acá no podemos venir sin armamento porque esta playa es muy conflictiva. Nos desplegamos desde el viernes y requisamos a la gente al entrar. Así evitamos que metan drogas o armas blancas. También tenemos previsto aparecernos en la noche para impedir que los choferes cobren lo que les dé la gana”, dijo un guardia nacional que prefirió omitir su identidad. Señaló en playa Surfista que los uniformados pertenecen al Destacamento de Seguridad Urbana de Vargas y que estarán desde las 8:00 am hasta las 6:00 pm en las costas del estado hasta el próximo jueves.
En la playa vecina, Sheraton, también conocida como Los Cocos, había una delegación de los Bomberos Marinos. El teniente coronel Nelson León dijo que 50 miembros de ese cuerpo más la Brigada Juvenil estarán desplegados en la costa varguense para impedir que se cometan imprudencias que desemboquen en accidentes.
Aunque las principales paradas de autobuses públicos de Vargas exhibían máscaras o antifaces de cartulinas de colores y, desde los techos de estas, colgaban vistosas telas como cortinas de teatro, la población lucía adormecida, tranquila. Para ser inicio de carnaval no había la acostumbrada multitud de temporadistas en las playas.
Gabriel Requena, dueño de un kiosco de comida en playa San Luis desde hace ocho años, cree que la ausencia de temporadistas se debe a la inseguridad y al incremento en los precios de los alimentos: “Compro los pescados al mayor en La Exportadora porque en el puerto de La Guaira le suben 1.000 bolívares a cada kilo semanalmente. La cosa no está fácil. La mayoría de los visitantes vienen con sus sándwiches, su arroz con pollo o hasta su parrilla, pero de alitas porque ni el chorizo se ve”.