Las autoridades de salud dicen que el virus del zika se está extendiendo rápidamente a través de Colombia y Venezuela, advirtiendo que la porosa frontera de los dos países podría convertirse, luego de Brasil, en el próximo foco de la epidemia del virus transmitido por mosquitos, publica The Wall Street Journal.
Anatoly Kurmanaev y Sara Schaefer Muñoz
Especialistas en enfermedades infecciosas dicen que hay al menos decenas de miles de casos en ambos países, que en conjunto tienen una población de 80 millones.
La frontera de 2.300 kilómetros de largo ha sido de especial interés para las autoridades de salud, que dicen que el virus tiene una presencia aguda en la ciudad fronteriza de Cúcuta, Colombia, y que está expandiéndose hacia el norte a través de una serie de pueblos y ciudades emplazados en zonas ganaderas calurosas y pantanosas hasta Maracaibo, la segunda ciudad de Venezuela, cerca de la costa del Caribe.
La llegada a esta ciudad del virus, que usualmente produce síntomas leves pero puede estar relacionada con un trastorno neurológico poco frecuente en bebés que nacen con cabezas de menor tamaño que lo normal, está asustando a la gente de igual forma que en Brasil, donde hasta 1,5 millones de personas podrían estar infectadas.
El viernes pasado, sentada en la sala de espera de una clínica en San Josecito en el lado venezolano de la frontera, Dairy Varela, de 19 años, describió sus síntomas como escalofríos y dolores. Dijo que los médicos no sabían que tenía, ya que carecen de los suministros para hacer las pruebas clínicas, pero que sus síntomas son distintivos del zika.
“Ahora mi piel siente terrible, está picando, y un brote está saliendo en mis brazos y mi cara, ¿ves?”, dijo, señalando una mancha de color rosa en su cara. “Estoy muy preocupada [viendo] cómo sale en la televisión los bebés con los cerebros pequeños”.
Las autoridades de salud colombianas han confirmado más de 20.000 casos de zika, pero estiman que los casos ascienden a 100.000 porque creen muchas personas infectadas con el virus no han sido diagnosticadas. Extrapolando las tasas actuales, estiman que el número de personas infectadas crecerá por lo menos a 700.000 hacia el final del año.
Para entonces, las autoridades estiman, Colombia tendrá 500 casos de microcefalia, una condición en el que los bebés nacen con cráneos y cerebros de tamaño insuficiente, y otras 700 con el síndrome de Guillain-Barré, que puede causar parálisis y muerte. Colombia informó la semana pasada tres muertes causadas por el síndrome de Guillain-Barré asociado con zika.
Agravando la ansiedad está el desmoronamiento del sistema de salud de Venezuela, acuciado por la falta de medicamentos y suministros en medio de crisis económica del país. Venezuela dejó de publicar las estadísticas semanales sobre enfermedades infecciosas en 2014, por lo que las autoridades de salud de Colombia sólo pueden especular sobre qué tan grave es la epidemia a unos pocos kilómetros, al otro lado de la frontera.
“Los mosquitos no respetan las fronteras internacionales”, dijo la semana pasada Fernando Ruiz, viceministro de salud de Colombia, durante su visita a las zonas más afectadas a lo largo de la frontera. “Estamos preocupados por lo que está sucediendo en Venezuela, porque Venezuela no ha hecho ningún informe epidemiológico”.
El mes pasado, el ministro de Salud de éste país dijo que las autoridades habían identificado 4.700 casos de Zika, una cifra que ha sido muy criticada por asociaciones de médicos y especialistas en enfermedades infecciosas tanto en Venezuela como como en el extranjero. Ellos dicen que la cifra real podría ser de decenas de miles.
“Lo que estamos viendo ahora es la punta del iceberg”, dijo Nellis Barbossa, jefe de epidemiología de Zulia, el estado fronterizo de Venezuela, cuya capital es Maracaibo. “Tenemos una epidemia ahora”. Las llamadas en busca de comentarios el ministerio de salud no fueron devueltas.
Visitas a un barrio pobre y al hospital de Maracaibo, así como a las comunidades pobres a lo largo de la frontera noroeste de Venezuela con Colombia, dejaron una impresión de que el zika se está extendiendo sin control. Venezuela carece incluso de aspirinas y repelentes de insectos, que los médicos dicen que se encuentran entre las primeras líneas de defensa contra virus tales como zika.
Zulia tiene registrados 463 casos de zika, dijo Barbossa, pero la especialista estima que probablemente uno de cada cinco de los 3,5 millones de habitantes del estado podría llegar a infectarse. Los mosquitos se están reproduciendo entre la basura en las calles y en los tanques caseros de agua no solo en barrios superpoblados sino también en el Hospital Universitario del estado, donde no había servicio de agua, lo que obligó a los trabajadores a recoger el agua en baldes.
“Esta institución es una cuna de mosquitos”, dijo Dora Colemanares, que trabaja en el hospital.
La historia de un hombre que murió de síndrome de Guillain-Barré posiblemente relacionado con Zika, pone de manifiesto los obstáculos que enfrentan los médicos en Venezuela.
Jorge La Cruz, de 51 años, desarrolló erupciones cutáneas en diciembre. Cuando su lengua y sus brazos quedaron insensibles, fue diagnosticado en el Hospital Universitario con el síndrome de Guillain-Barré, según documentos que vio The Wall Street Journal.
Los médicos le dijeron a la familia que necesitaba inmunoglobulina, pero el hospital no tenía ninguna ampolla y la familia no podía pagar los US$150 que ésta cuesta en el mercado negro. “Les ofrecí mi casa a cambio de la medicina, pero sólo querían dinero en efectivo”, dijo Bercelys Pelufo, esposa del fallecido.
A medida que la parálisis—el efecto horrible de Guillain-Barré—se expandía por su cuerpo, De La Cruz necesitaba estar conectado a un respirador. Pero la máquina no funcionaba, y el hombre murió.
Cerca de allí, los habitantes de San Francisco, el barrio obrero de Maracaibo, están preocupados por la forma en que ellos o sus hijos podrían verse afectados.
Duana Rodríguez, una mujer embarazada, estaba hace poco con sus cuatro hijos de pie junto a un arroyo que apestaba a aguas residuales. Los mosquitos pululaban en medio de desechos humanos.
“Estoy muy preocupada por el bebé”, dijo. “El gobierno no ha hecho nada con respecto al zika.”
En Colombia, el mosquito Aedes —el portador del Zika— se multiplica rápidamente. Los residentes de la ciudad El Zulia dicen que están constantemente rodeados por enjambres de lo que ellos llaman “mosquitos vampiro”.
“Casi todos acá han tenido zika”, dijo Piedad Uribe, administradora en un pequeño hospital en El Zulia.
Aleyda Zabaleta, una doctora del hospital, debidamente registra cada posible caso de Zika, dispensa paracetamol e ibuprofeno para el dolor y antihistamínicos para las erupciones urticantes del virus. Las mujeres embarazadas son enviadas a un hospital más grande en Cúcuta.
Cada mañana, la doctora Zabaleta dirige un equipo que se dirige en la única ambulancia del hospital a las pequeñas comunidades cercanas para tratar a personas posiblemente infectadas por el virus del zika y aconsejarles deshacerse del agua estancada donde los mosquitos se reproducen.
“Tienen que saber que el punto del origen se encuentra a menudo en los mosquitos que se reproducen en sus propios hogares”, dijo.
—Sheyla Urdaneta en Maracaibo contribuyó a este artículo.