Antonio Fontinha, de 81 años de edad y el panadero más viejo de Caracas según sus colegas, contó que en casi 50 años dedicados al oficio nunca había vivido una situación similar: “No hay harina y no se puede trabajar. 95% de las ventas dependen de los productos que hacemos con harina y si el trigo no llega, antes de que finalice el mes estaremos cerrados”, publica El Nacional.
DULCE MARÍA RODRÍGUEZ
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Llegó de Portugal en la década de los años cincuenta huyendo del desabastecimiento y el hambre que predominaba durante la dictadura de Antonio de Oliveira Salazar. Por eso, al ver las cestas de pan y las vitrinas vacías de la panadería recuerda la escasez de alimentos que vivió en su natal Ciudad de Aveiro. El secreto de su salud es mantenerse trabajando y le pesa no poder hacerlo como de costumbre, desde las 5:00 am, en su panadería ubicada en Colinas de La California, confesó.
El saco de harina de 45 kilos que les queda disponible se lo compraron a un paisano porque los proveedores no les despachan desde hace un mes. “Y lo peor es que no sabemos cuándo podrán enviarnos harina porque no hay trigo en los molinos”, añadió.
En el centro comercial Santa Marta el encargado de la panadería, Adelino Moleiro, indicó que en la tarde horneará la última bandeja de pan de esta semana porque ya no dispone de harina. “Estuvimos rindiéndolo y horneando únicamente tres veces al día, pero ya se terminó”.
Semanalmente consume 70 sacos de 45 kilos de harina, pero desde hace tres semanas no le despachan. “Nos tocará cerrar. La gente pide charcutería y cuando ven que no hay pan la devuelven. Las ventas están por el suelo”, afirmó. “Los proveedores no dan fecha de despacho”. Un saco de harina que los proveedores venden en 2.800 bolívares, los bachaqueros lo están ofreciendo entre 5.600 y 6.000 bolívares. “No se puede así, no es negocio, porque el precio del pan no se puede subir al doble”, expresó Moleiro.
En una panadería y pizzería, en El Marqués, exhibían un cartel que decía: “No hay pan por falta de harina. Gracias… La gerencia”. El propietario contó que utiliza 100 sacos de harina a la semana y ya no le queda. Compró harina todo uso para continuar preparando pizzas y dulces, pero de 300 pizzas diarias está horneando apenas 25, refirió.
Señaló que tiene gastos impostergables como la nómina de 40 empleados, el alquiler del local, luz, impuestos y pago a proveedores. Sin embargo, las ventas han caído más de 85% y no se cubren los gastos.
En tres pizzerías pertenecientes a distintas cadenas de restaurantes sus encargados dijeron que reciben la masa lista proveniente de un proveedor y que hasta ahora le siguen despachando la misma cantidad. No obstante, de una sucursal a otra se prestan la harina de trigo detallada para poder estirar la masa.
“Exageradamente complicada”. Juan Crespo, presidente de Fetraharina, dijo que “la situación es exageradamente complicada”: 5 de 12 molinos están paralizados y los otros tienen inventario crítico de trigo que rindiéndolo llegarán hasta finales de febrero.
Advirtió que el molino principal que surte 38% del mercado trabajará hasta el viernes. Y el que provee el trigo duro para la pasta lo hará hasta la primera semana de marzo. Alertó que la crisis se extenderá porque la importación de trigo la tiene que realizar la empresa estatal Corporación de Abastecimientos y Servicios Agrícolas. “Sabemos que no hay barcos en tránsito ni órdenes de compra en proceso”.
Agregó que 12.000 empleos directos, en el caso de los molinos, están en riesgo y que 2 empresas pararon la negociación de sus contratos colectivos. Informó que los representantes sindicales discutirán con los patrones de las empresas molineras la fecha en la que enviarán de vacaciones colectivas a los trabajadores y no prevén pagarles el salario promedio.