Los trabajadores de metro y autobús de Barcelona irán a la huelga la próxima semana coincidiendo con la celebración del Congreso Mundial de la Telefonía Móvil (MWC), cuya alcaldesa Ada Colau reclamó este viernes desconvocar la protesta.
AFP
La huelga fue convocada a mediados de enero por parte de los trabajadores de la empresa pública TMB, gestora del transporte público, para los días 22 y 24 de febrero en el metro y 23 y 25 de febrero en los autobuses con el objetivo de conseguir mejoras salariales y menos contratos temporales entre la plantilla.
La protesta coincide con una de las grandes citas del año para Barcelona, la principal feria del sector de la telefonía móvil, que atrae a alrededor de 100.000 visitantes a la ciudad.
Sus organizadores, GSMA, mostraron este viernes su preocupación por esta protesta que puede alterar el funcionamiento del congreso.
“Aunque tenemos esperanzas de evitar la huelga antes del inicio del MWC, la GSMA tiene desarrollado un plan de contingencia y está preparada para activarlo si fuera necesario”, señaló el GSMA en un comunicado.
Las negociaciones siguen en marcha y la propia alcaldesa de Barcelona, la carismática activista Ada Colau, decidió reunirse este viernes con los sindicatos y los representantes del comité de empresa para desconvocar la huelga.
“La huelga debería ser un recurso extremo para situaciones de bloqueo y no es nuestro caso”, dijo Colau, subrayando que la empresa pública TMB ofreció múltiples mejoras a sus trabajadores.
“Si hay voluntad negociadora real, aunque quede poco tiempo, podemos hacer un esfuerzo pero parece difícil”, dijo a la AFP Baptista Silanés, representante sindical del metro de Barcelona.
Si no se alcanzara ningún pacto, los servicios de metro y autobús funcionarán al 50% de su capacidad durante las horas puntas (06H30-09H30 y 16H00-20H00 locales) y al 30% durante el resto de la jornada.