La mayoría de los alrededor de 3 millones de habitantes de Caracas se encuentra este sábado sin el servicio de agua potable, tras varias semanas de suspensiones parciales, debido a tareas de mantenimiento, informó hoy la estatal Hidrocapital.
EFE
Las labores de “mantenimiento en aducciones principales del sistema de producción de agua potable Tuy II” forman parte de “las acciones que realiza el Gobierno para mantener el suministro (…) durante el período de sequía, que se ha intensificado por el fenómeno El Niño”, dijo la empresa estatal en un comunicado.
La suspensión total del servicio en Caracas, y en los vecinos estados Vargas y Miranda, se mantendrá hasta las primeras horas del domingo, lapso requerido para reparar o sustituir válvulas y demás equipos eléctricos y mecánicos que desde hace varias semanas son evaluados para evitar el desperdicio del líquido.
Venezuela depende en buena parte de la generación hidroeléctrica y los 18 mayores embalses que permiten la producción de este tipo de energía están prácticamente vacíos, “muy cerca de la línea roja”, manifestó a inicios de mes el ministro de Ecosocialismo y Aguas, Ernesto Paiva.
El ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta, advirtió este viernes a su vez que sin un ahorro significativo nacional “que ayude a minimizar el efecto (del fenómeno El Niño), en las primeras semanas de abril podemos tener un colapso eléctrico”.
El embalse El Guri, el principal del país, “está vacío en un 75 %, tenemos nada más que un 25 % de agua”, precisó.
“¿Qué estamos haciendo para disminuir los efectos de El Niño sobre la generación hidroeléctrica? De manera inmediata sustituyendo los bombillos incandescentes y los aires acondicionados”, reveló.
Durante marzo la generación térmica debe aumentar en al menos mil megavatios para evitar colapsos, sostuvo Motta, quien reveló que el lunes próximo se reunirá con funcionarios de todos los ministerios para evaluar eventualmente la reducción de la jornada laboral.
El 28 de abril del año pasado el Gobierno redujo la jornada laboral debido a este mismo problema y ante la ola de calor, que ese mes registró picos de temperaturas de hasta 45 grados, con una sensación térmica cercana a los 50 grados.
El consumo de energía eléctrica pasó entonces de 16.000 a 18.300 megavatios, un salto en el consumo que ya desde entonces llevó al Gobierno a requerir que las empresas privadas desarrollaran planes de autogeneración con equipos propios, para dejar al Estado la obligación de las necesidades de los 30 millones de habitantes.
El Gobierno de Venezuela ejemplificó en esa ocasión que la vecina Colombia tiene el doble de habitantes y una capacidad de generación de unos 14.000 megavatios, pero que gracias a “una cultura de consumo” ahorrativo no afrontaba mayores problemas en esos momentos.