Antes de vivir con Michael Barr, los incesantes sueños de McGregor no hacían mucha gracia a sus compañeros de cuarto. El aspirante a compositor, cuyo mayor éxito sería componerle Where Is The Wonder a Barbara Streisand, se mudó a Nueva York en los 60.
Fue en el apartamento de Barr, en la Primera Avenida, donde sus narraciones nocturnas empezaron a ser apreciadas por la audiencia.
Michael Barr se metía cada noche en el cuarto y colocaba un micrófono cerca de la cabecera de la cama de McGregor. En una ocasión el magnetófono inmortalizó una batalla de mostaza:
Traducción:
Empieza la batalla de la mostaza. Todo el mundo en fila. ¿Todo el mundo tiene su mostaza? ¡¿Tienen todos la mostaza?! Sáquenla del frasco y elijan un blanco. Probablemente, no sé, a ver, en mitad de la frente. ¡¿Estamos de acuerdo con la mitad de la frente?! Si nos dan en medio de la frente, están muertos. El pelo no cuenta.