Nicolás Maduro anunció el pasado miércoles, 17 de febrero, las seis medidas destinadas a superar la grave crisis económica que atraviesa Venezuela, Y así “impulsar el nuevo modelo productivo” de los servicios alimentarios y las nuevas reglas del establecimiento de los precios.
Las medidas incluyen: la integración de las cadenas alimenticias de Mercal, Casa y Corporación Venezolana de Alimentos; un nuevo sistemas de fijación de precios de los productos y servicios de primera necesidad; el aumento de 1.000% de la gasolina de 91 octanos y 6.000% la de 95 octanos; la devaluación del bolívar, pasa de 6,30 a 10 bolívares y el Simadi a tasa flotante (Bs. 200 por ahora); un aumento del 20% en los sueldos y del 2,5 unidades tributarias en el bono alimentación, e inversión de Bs. 190.000 millones para la creación de nuevas fuentes de trabajo; y un nuevo sistema tributario para “captar riquezas”.
El modelo económico de los gobiernos de Chávez y Maduro se ha sustentado en el lado de la oferta de bienes y servicios por los altos precios del petróleo durante los períodos 2006-08 y 2011-14 (principios) y un endeudamiento externo compulsivo durante los años de bonanza por los altos precios del crudo. Y en la parte de la demanda -en el corto plazo- por la enorme monetización del déficit fiscal -los agregados monetarios crecieron a tasas cada vez mayores que superaron 100% en el 2015- que al final se traduce en inflación, afectando la capacidad de compra, reduciendo la demanda.
Por lo tanto, al examinar en detalle las medidas tomadas por Maduro, el mayor impacto será en el cierre del déficit fiscal de Bolívares y por ende el ritmo de crecimiento de la base monetaria. Desde el 2013, la misma ha crecido 484%.
El “nuevo sistema alimentario y de distribución” busca incrementar la oferta de productos mediante un sistema central de distribución más “efectivo”. Asimismo, el “Plan Nacional de Divisas” o la devaluación intenta favorecer la producción de bienes nacionales, aunque afecta las importaciones de bienes y servicios al encarecerlas. Ninguna de éstas dos medidas tendrán impactos positivos en la economía del país, debido a los grandes desbalances que aún existen.
En el lado de la demanda hay medidas que potencialmente afectarían positiva y negativamente la demanda de productos y servicios en el país. Las medidas que incrementarían la demanda de productos en el país son el nuevo sistema de fijación de precios de bienes y servicios, que busca abaratar –o mantener –los costos de los productos de primera necesidad, y el aumento de los salarios el cual -en teoría- busca aumentar el poder adquisitivo de la clase trabajadora.
Por otro lado, las medidas que afectan la demanda de productos y servicios negativamente son el aumento de la gasolina y el nuevo sistema tributario. Ya que ambas afectarán significativamente el poder de compra de todos los venezolanos, especialmente los sectores más necesitados.
Este paquete de medidas cercena el ciclo del capital productivo. Porque las causas fundamentales de la crisis actual que atraviesa el gobierno de Maduro son la caída de los ingresos de divisas por el desplome del precio del petróleo desde mediados 2014, con una reducción de la venta de dólares de PDVSA al BCV de 78% en 2016, y la disminución de la capacidad de producción nacional.
En consecuencia, la oferta de bienes y servicios seguirá disminuyendo y tenderá a empeorar en el corto plazo.
Una intensificación del control de precios justos en Venezuela lejos de ser una solución a la carestía de los productos, reforzará la escasez de productos y bienes. Asimismo, la devaluación del bolívar fuerte” de 6.30 a 10 por dólar y el aumento de los precios de la gasolina, aunque necesarios, son insuficientes.
Las otras medidas anunciadas por Maduro quedarán en un espejismo por la acostumbrada ineficiencia y corrupción característica del régimen.
El impacto inmediato de las medidas tomadas por Maduro quedará rezagado únicamente a una leve reducción del 4% del déficit fiscal interno, mientras que la escasez, la inflación y la crisis humanitaria se acentúan.
Con estas medidas, Maduro conduce al país a la miseria. A la vez que genera el consenso nacional para su salida del poder ejecutivo.
Venezuela no tiene por qué escoger entre importar comida, pagar su deuda o regalar sus activos externos e internos (daños al patrimonio nacional). Con la ayuda internacional de las organizaciones multilaterales y un gobierno con credibilidad puede hacer la reforma integral que la coloque en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en 5 años.
Antonio de la Cruz
Director Ejecutivo de Inter American Trends @iatrends