Sin pena —ni remordimiento— alguna y con una aparente tranquilidad, un adolescente, de 17 años, “se acostó a dormir” en su casa, luego de matar a golpes, en un anexo de su vivienda, a una joven de 13 y luego arrastrar el cadáver hasta un brocal de la calle, donde lo dejó.
Otto Rojas / Panorama
Durante la madrugada de ayer se consumó el femicidio, en el barrio José Gregorio Hernández, de Maracaibo. El presunto autor material del crimen no utilizó ningún objeto contundente para quitarle la vida a la adolescente. Solo se bastó de su puño cerrado para matarla, dijo la policía.
A Franchesca Natalia Carrillo Rodríguez le quedaron las marcas de la golpiza en su cara, cabeza y cuerpo. Los médicos forenses investigan un posible estrangulamiento.
El cadáver quedó tendido boca arriba durante unas cinco horas, tiempo que transcurrió para que algún residente del sector se percatara del asesinato.
La joven tenía una blusa y un pantalón. Estaba descalza; sus sandalias desgastadas, de color negro, quedaron a pocos pasos del cuerpo. Al parecer, las dejó botadas al intentar correr de su agresor.
Los exámenes forenses practicados al cuerpo determinaron que la adolescente fue víctima de violación “por varias personas”.
La cuadra se paró por el asesinato residentes de otros barrios caminaron, también a averiguar en la escena del crimen. Todos miraban impactados el cuerpo, inclusive las maestras de un preescolar cercano que dejaron de dar clases para asomarse por la cerca de ciclón del kinder.
Entre el tumulto, también estaba el adolescente agresor que, después de dormir, se coló entre los vecinos y se hizo el sorprendido.
Franchesca salió, en la noche del miércoles, de su casa, ubicada solo a 50 metros del lugar del crimen, a “hablar con unas amigas”. “Siempre lo hacía”, dijo su madre. Pero, como acostumbraba a llegar “a altas horas de la noche”, la progenitora no la esperó despierta y se acostó; amaneció con la fatal noticia.
La madre del agresor lo defendió ante la policía. “Él estaba durmiendo y se despertó en la mañana”, “pero las evidencias lo delataron”.
Una fuente del Cicpc-Zulia confirmó, la tarde de ayer, que en su casa había marcas de “arrastre” y otras pruebas de interés criminalístico que vinculan al adolescente con el homicidio.
Trascendió por fuentes policiales, que los jóvenes “consumían droga y no estudiaban”. Sobre eso el padre de Franchesca dijo: “En el barrio… inventan mucho”.
“Mi hija creía que la maldad en el mundo no existía; era muy ingenua. Yo siempre le advertía que tenía amigos malos y que en cualquier momento ellos iban a relucir lo que realmente eran y pasó…”, dijo Héctor Carrillo.
A las 10:00 am, salió el adolescente, de 17 años, de su casa, esposado junto a su mamá, quien quedó arrestada por omisión y ocultamiento. Hay otros cuatro detenidos en el caso resuelto en tiempo récord por el Cicpc-Zulia.
Fueron identificados como: Yuraima del Carmen Hernández Hernández, de 34 años; Leonardo Meneses Palmera (19), Gabriel Acosta Gómez (22) y tres adolescentes de 16 y 17 años.
Los vecinos quedaron impactados: al muchacho que antes comentaba el homicidio con asombro, lo vieron detenido con su rostro cabizbajo y cubierto con una franela amarilla.