En anteriores escritos al referirme a la crisis de gobernabilidad en Venezuela, destaco la ejecución del hampa como una de las principales razones que han conducido al país suramericano hacia el deterioro social. Un informe recientemente publicado demuestra los daños que produce el delito organizado.
Año tras año las sintetizaciones de inmolados por bandas asesinas ascienden con celeridad. No se observa una disminución sensible de estas, ni siquiera como consecuencia del incremento percibido de la renta en los últimos diecisiete años por aumento de precios del bitumen energético en el mercado mundial que conjeturaron novedosas iniciativas de prevención.
Todo ello como consecuencia del acontecer hamponil quienes han tomado las calles y andenes de las ciudades del país, bajo el soslayo del deber cumplido policial . En la nación suramericana los resúmenes indican que mas del noventa y cinco por ciento de los delitos cometidos quedan impunes.
La nomenclatura arrojada al final de cada periodo asciende por concepto
de sacrificados a 27 mil personas.
“Enemigos de la revolución” esta tipificado en el argot jurídico político como hecho violatorio sujeto a encausamiento o utilizado como amenaza de posible juicio. Asi la justicia casual.
Con prontitud abismante se procesan con resguardo carcelario por infracciones inexistentes a quienes adversan al actual presidente Nicolás Maduro Moros, como en el pasado al extinto Hugo Chávez Frías.
Sin duda el verse desprotegido de sus jueces naturales causa en el parroquiano una gran desventura, sentimiento de frustración que va calando hondo en el animo del ser hasta producir efectos emocionales revanchistas por el daño causado.
Es tal la tragedia social que viven los venezolanos en la convivencia cotidiana que ningún vecino duda en afirmar que la acción criminal es una estrategia de estado y por ello buscan por cualquier vía un cambio.
De los conocidos burócratas unos, de buena fe, acompañaron al Movimiento revolucionario 200 de mil ochocientos ochenta conformados principalmente por militares. Otros se fueron sumando a la carreta del triunfo tras el liderazgo engañoso de Chávez Frías . Los arribistas con el tiempo se convirtieron en acaudalados seres quienes por su accionar demuestran nada les importa quienes juraron defender.
Vía email recibo acceso fechado en marzo al 1er Informe del Observatorio de Delito Organizado en Venezuela el cual fue elaborado por La Asociación civil Paz Activa, el Laboratorio de Ciencias Sociales, El Observatorio de Delito Organizado, con la participación de los profesionales Luis Cedeño Villalba, Mayerlin Fagúndez, Roberto Briceño-León, Alberto Camardiel, Andrea Chacón Mariana Capriles ,Marcos Tarre Briceño, Javier Ignacio Mayorca, César Marín, Alejandro Rebolledo, Fernando Esquerre y Pedro José Rondón.
Este interesante y muy objetivo texto ha sido auspiciado financieramente por la Unión Europea, lo cual nos refiere la importancia que para los pueblos del viejo continente tiene Venezuela.
Ello denota igualmente que la observación que realizan del Estado suramericano no es meramente diplomática, de interés económico o por aquello de la influencia de la madre patria en los asuntos del cuerpo colegiado.
Brindar apoyo monetario para la elaboración
de una investigación que disparará alarmas en el gobierno local con los consecuentes desmentidos y protestas; es producto de la peligrosidad que advierten ante la ineficiencia gubernamental y los temores que les abriga una debacle social.
Medios digitales, El Pitazo.com, se han hecho eco del expediente y brindan interesantes resúmenes de este contenido científico en el cual destaca entre otros resultados que cinco estados -Zulia, Miranda, Aragua, Carabobo y Distrito Capital- poseen 61,1% de casos asociados al crimen organizado local. Anzoátegui, Bolívar, Guárico, Táchira y Vargas van a la zaga.
Los primeros indicados lideran la acción delictiva organizada como distribución ilegal de estupefacientes 47,6%; secuestro 19,7%; extorsión, contrabando, corrupción, delito financiero y legitimación de capitales 52.3%.
La encuesta formulada arroja poca participación de funcionarios de carrera en la consecución de tales delitos.
Las tácticas estatales para enfrentar estos flagelos son muy reducidas y en sentido general, las existentes se caracterizan por su ineficiencia.
Al igual que los índices crecientes de asesinatos en manos del hampa y otras contravenciones, el delito organizado, a mi criterio, por su crecimiento se le puede catalogar como un asalto continuado a las arcas públicas y
premeditado exterminio de la venezolanidad.