Todo transcurría como usualmente transcurren las cosas por comida en Venezuela: entre desespero, un tanto de resignación y una paciencia con más tendencia a la histeria que a otra cosa, publica Correo del Caroní.
Ese fue el detalle, la histeria. Porque cuando la histeria se apoderó de quienes esperaban comprar harina en una panadería de la avenida principal de Bella Vista, en San Félix, también hubo una reacción del otro lado, la de los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana que custodiaban la cola.
Finalizaba la tarde, y de repente sonaron los disparos. Las versiones sobre el hecho en sí se diluyen entre la confusión y el susto, pero los vecinos, finalmente, dieron cuenta de la consecuencia: la herida por perdigonazos en la pierna de una mujer.
“Yo creo que todo se dio porque los guardias se obstinaron”, barruntó una mujer minutos después del incidente.
Los disparos dispersaron la cola. A la afectada la atendieron, primero, quienes estaban a su alrededor y, luego, su esposo, quien la llevó al hospital.
Uno de los guardias se acercó a ella y se disculpó. Ello, igualmente, no valió de mucho.
“La gente ya está cansada. El pueblo tiene hambre. ¿Cómo vas a aguantar a un pueblo con hambre? Tú lo tratas de aguantar y no puedes”, expresó una de las vecinas de Bella Vista. La opinión, por cierto, es insistente en las colas.