De ser una empresa pionera en Latinoamérica, abastecer casi completamente el mercado nacional y exportar hemoderivados producidos en el país en 2010, Quimbiotec pasó en 2015 a estar más de 5 meses parada. En medio de una epidemia de zika que desató la aparición del síndrome Guillain-Barré en 412 personas desde diciembre, y que ha cobrado la vida de 22, aumentó la demanda de inmunoglobulina y albúmina para su tratamiento. El Ministerio de Salud recurrió este año a las importaciones para responder a la población.
María Emilia Jorge M. / El Nacional
La desprofesionalización en los liderazgos de la planta es la razón que encuentran algunos trabajadores para explicar el declive. En 2012 se modificaron los estatutos de Quimbiotec y la directiva, que antes ejercía la misma cabeza del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, pasó a ser nombrada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología. La empresa comenzó a remover a la mayoría de los gerentes con amplia trayectoria.
La presidente actual, Imeria Odremán, envió el 17 de agosto de 2015 un punto de cuenta al ministro Manuel Fernández en el que informaba que en Quimbiotec “existe predominio de la tecnocracia y la meritocracia como valores, lo que trae como consecuencia resistencia al cambio”. En el documento no se especifica el cambio que ameritaba abandonar la especialización de los empleados en una empresa que trabaja con productos biológicos. El Nacional intentó sin éxito consultar a la funcionaria al respecto.
“La empresa funcionaba a la perfección. Una vez que entraron los nuevos gerentes, afines al gobierno y no preparados, ha sido imposible encaminarla. La producción de lotes disminuyó y en agosto fue la paralización total”, cuenta un trabajador del área de Control de Calidad.
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