Existen muchas maneras de hacer que el dinero de tu empresa se vaya por un desaguadero, uno de ellas es no tener una visión estratégica de tu negocio (Ver “Sin Estrategia No Hay Negocio con el cual Jugar“). Cuando no existe disciplina financiera, la posibilidad de fracasar se vuelve exponencial. ¿Te has preguntado cómo se pierde el control económico en las empresas?Mantener tu empresa en números azules no es fácil, sobre todo si careces de sistemas y procedimientos que te brinden apoyo en el área.
No es una exageración afirmar que uno de los mayores desafíos que enfrentas es sostener una correcta salud financiera de tu emprendimiento. Hablemos de los errores que se cometen normalmente para que evites esas perniciosas prácticas y tengas mayor posibilidad de triunfo.
En ocasiones, los dueños de negocio no hacen cálculos financieros que les otorgue la cifra mágica de ingresos requeridos para cubrir los costos llamada “Punto de Equilibrio”. Sin saber ese número, se empiezan a hacer gastos considerables, tales como invertir en grandes obras de infraestructuras, tener cantidad de empleados innecesarios o duplicando labores, y un conjunto de gastos fijos que terminan ahogando tu empresa.
Por si fuera poco, otro tipo de dueños, se imponen sueldos que no están acordes a lo que puede dar su negocio. Peor aún, no distinguen entre el dinero de la empresa y sus propias finanzas, y empiezan a usar los recursos de su emprendimiento para asuntos de índole personal, sin control alguno y la conclusión es que el negocio parece estar envenenado hasta la muerte por esta incorrecta práctica empresarial.
¿Otro error de administración? El no hacer una proyección presupuestaria del plan de marketing. ¿Crees que puedes dejar ese rubro para cuando tengas mejores finanzas?, entonces caes en el grupo de aquellos empresarios que están haciendo las cosas mal y que pueden provocar el cierre de su Startup.
Hay quienes creen, firmemente, que al abrir un negocio automáticamente los clientes llegarán a raudales, basados en la buena voluntad popular, subestimando por completo el esfuerzo inicial que se debe hacer para atraer a los prospectos que, con el tiempo, se convertirán en leales consumidores de sus productos o servicios. Pero sucede que una vez que este tipo de dueño inicia operaciones, al no ver mejoría en sus ventas, decide que “es hora” de comenzar a aplicar un plan de marketing en radio y tv, vallas o redes sociales, sin considerar que ya tiene una estrechez de recursos que constituye un plomo en el ala para que el negocio pueda remontar.
Así mismo, un inadecuado sistema de recuperación de créditos te coloca en una situación de asfixia económica, provocada por lo que conocemos como el gap de efectivo, que no es otra cosa sino el tiempo de espera que existe entre lo que hay que invertir para crecer, o tener los insumos necesarios para trabajar, y el tiempo que tardas en crecer o en vender tus productos para recuperar la inversión. Mientras más se separen esos dos momentos, estarás financiando con tus recursos y durante ese tiempo, el funcionamiento de tu empresa, sin generar ingresos y mucho menos utilidades.
El prestar atención a tus finanzas también implica que conozcas lo suficiente de hojas de balances como para que puedas sentarte a tener profundas conversaciones con tu contable, puedas hacerle preguntas y proyectar el futuro de la empresa en base a sus números.
Estoy hablando de las posibles circunstancias que afectan a tu negocio no como un mensaje fatalista, sino para que, justamente, puedas alcanzar el éxito.
Todo mundo, como es lógico, quiere hacer crecer su negocio, pero es un gran desafío para el cual debemos prepararnos y evitar cometer errores administrativos que tiren por la borda todo el esfuerzo y recursos invertidos. Recuerda que tu negocio no debe darte preocupaciones sino, más vida para disfrutarla con quienes amas.
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