Los estadounidenses comenzaron a votar en las primarias del ‘supermartes’, una jornada clave en la ruta a la Casa Blanca en la que los favoritos Donald Trump y Hillary Clinton esperan dar el golpe de gracia a sus rivales en la docena de estados en disputa. AFP
Las votaciones empezaron en los diez estados en los que se expresan simultáneamente demócratas y republicanos, y seguirán en Colorado, donde solo votan los demócratas, antes de culminar con una elección en la alejada Alaska.
En la jornada electoral numéricamente más significativa desde que empezaron las primarias hace un mes, están en juego 19% de los delegados demócratas a la convención del partido, en el indirecto sistema electoral estadounidense.
La apuesta es mayor para los republicanos que determinarán 24% de sus delegados, casi la mitad de los necesarios para ganar la disputa interna y alzarse con la candidatura a los comicios presidenciales del 8 de noviembre.
El polémico multimillonario Donald Trump espera confirmar en las urnas su avasalladora ventaja en los sondeos sobre sus adversarios dentro del partido Republicano.
“Creo que tendremos una imagen más clara pero no creo que vayamos a saberlo con seguridad. Todavía hay mucha incertidumbre y algunos estados deberán decidir después de hoy”, señaló Stephanie, una votante republicana en Alexandria, Virginia.
El establishment republicano apenas esconde su desdén hacia el magnate inmobiliario de verbo explosivo y carente de experiencia política que ha sorprendido a tirios y troyanos con tres victorias de las cuatros primeras consultas partidistas.
En el campo demócrata, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton está en una cómoda posición frente al senador Bernie Sanders, especialmente en los estados sureños donde goza del apoyo de las minorías.
“Rabia”
Trump recibió un apoyo de peso del exaspirante presidencial y gobernador de New Jersey, Chris Christie, pero algunos conservadores expresan públicamente que no votarán por el magnate si gana la nominación del partido, que vive una crisis de identidad sin precedentes.
Según un sondeo publicado este martes por CNN, los demócratas ganarían un eventual duelo con Trump, con un margen ligeramente más cómodo para Sanders (55% contra 43%) que para Clinton (52% frente 44%).
El empresario, que afirma haber gastado 25 millones de dólares de sus fondos personales, ha dejado entender que de haber una resistencia en el partido, no descartaría presentarse como independiente en noviembre.
“Esto es realmente un movimiento”, dijo Trump el lunes en un mitin en Georgia (sur), al repetir su promesa de construir un muro en la frontera de Estados Unidos y México para frenar la inmigración clandestina.
“Mis seguidores no son gente enojada. Yo no soy una persona enojada, pero hay rabia en el partido” con el gobierno del presidente Barack Obama, dijo en una entrevista con Fox News este martes, repitiendo un tema de su campaña.
Sus dos principales rivales son los senadores Ted Cruz y Marco Rubio, de estilos e ideologías opuestas, intentan desesperadamente de unir al partido contra el hombre de negocios que consideran no ser suficientemente conservador.
Incapaces de achicar la distancia que los separan del multimillonario, Cruz y Rubio pasaron a usar las mismas armas de Trump, y la campaña se transformó en un festival bizarro de insultos, golpes bajos y discursos que incluyen menciones a calzoncillos sucios, a la transpiración y alusiones a la confiabilidad de hombres con manos pequeñas.
El magnate de chillona cabellera amarilla está en la mira de todos los ataques en la última semana. En dos días recibió la indignación generalizada por su negativa a rechazar el apoyo del Ku Klux Klan a su candidatura y de haber retuiteado una cita de Benito Mussolini.
Trump respondió este martes acusando a Cruz de no “hacer nada” por su estado de Texas y a Rubio de hacer un “trabajo horrible” en Florida, su estado natal.
Cuadro menos turbulento
Hillary Clinton había iniciado la campaña como favorita absoluta, hasta que la “revolución política” de Sanders, el socialista democrático que arremete contra la banca y las grandes corporaciones, sedujeran a muchos votantes, especialmente jóvenes.
Pero una fuerte campaña de críticas a Sanders en las últimas dos semanas y la aplastante victoria de la exprimera dama en Carolina del Sur parecieron devolver a Clinton el liderazgo y la autoconfianza previo de una jornada fundamental como la del ‘supermartes’.
En un acto público realizado el domingo, Clinton incluso pareció mirar hacia adelante y concentrarse en una eventual disputa electoral con Trump.
“Yo no creo que Estados Unidos haya dejado de ser grande. Pienso que debemos devolver a Estados Unidos su unidad”, dijo Clinton, en una directa referencia al lema de campaña de Trump, “Devolver a Estados Unidos su grandeza”.
El sondeo de CNN/ORC halló que Clinton tiene a nivel nacional una ventaja de 55% a 38% sobre Sanders, aunque el promedio de todas las encuestas en esta coyuntura sugiere una ventaja de 47% a 42%, de acuerdo con el sitio web especializado RealPolitics.