La actriz de origen canadiense Pamela Anderson, conocida también por su activismo a favor de los derechos de los animales, ha solicitado una cita al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, “cuando esté disponible en las próximas semanas”.
EFE
Anderson, conocida por su aparición en la revista Playboy así como su carrera en series de televisión como “Baywatch”, que la lanzó a la fama mundial, quiere reunirse con Trudeau para hablar de un tema especialmente delicado en Canadá: la cancelación de los subsidios estatales a la caza comercial de focas.
En una carta publicada hoy en su página web, Anderson felicita a Trudeau por su elección como primer ministro y le elogia por su posición en temas como los derechos de los homosexuales, los refugiados sirios o la igualdad de género.
Pero, a continuación, la actriz, de 48 años y activista del grupo defensor de los animales People for the Ethical Treatment of Animals (PETA), señala que, “como canadiense preocupada y directora honoraria de PETA” le gustaría reunirse con él en persona para abordar los subsidios a la caza comercial de focas.
Anderson señaló que líderes internacionales, “incluidos los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y Rusia, Vladímir Putin, han expresado su oposición a esta industria”.
“Le animo a que marque el comienzo de una nueva era de responsabilidad fiscal y generosidad con el fin a los subsidios federales a la matanza comercial de focas, como hizo recientemente Noruega”, añadió la actriz.
La caza comercial de focas es uno de los temas más controvertidos en Canadá.
Cada año, en la primavera, hasta 250.000 animales son cazados cada año en la costa del Atlántico de Canadá para vender su piel en los mercados internacionales.
La caza ha sido criticada desde hace décadas por organizaciones ecologistas y de los derechos de los animales tanto por la forma en que se mata a las focas, golpeando varias veces la cabeza del animal para evitar dañar su preciada piel, como por la edad de los ejemplares, crías nacidas pocas semanas antes de su muerte.
El hecho de que la industria solo utilice la piel, desechando el resto del animal, también ha sido objeto de críticas.
Pero los pescadores canadiense consideran que la caza de focas les ofrece unos ingresos económicos adicionales que son imprescindibles en una de las regiones más deprimidas económicamente del país.
Los pescadores también aducen que las focas son responsables del agotamiento de los bancos pesqueros en la zona.
Anderson no es la primera actriz convertida en activista que se opone a la caza comercial de focas.
En 1977, la actriz francesa Brigitte Bardot viajó a la isla de Terranova para protestar la caza de focas, iniciando una campaña internacional que dañó la imagen de Canadá y obligó a las autoridades canadienses a lanzar una contra-campaña de relaciones públicas en todo el mundo.
El activismo de Bardot y las acciones de los grupos ecologistas lograron que en 1987 Canadá prohibiese la caza de focas recién nacidas, reconocibles por su piel blanca y que se habían convertido en el emblema de la campaña opuesta a la caza.
Pese a los boicots internacionales, el Gobierno canadiense sigue subvencionado con decenas de millones de dólares al año la caza de focas.