El estruendo de los árboles que caen devorados por el fuego ha vuelto tenebrosas las noches en la Sierra de Perijá, pulmón vegetal de unos 2.953 kilómetros cuadrados asentado en Zulia, cerca de la frontera con Colombia, que vive este año uno de los peores incendios forestales de los últimos 15 años, reseñó Panorama.
Por Margioni Bermúdez
Desde hace mes y medio comenzaron los primeros focos de fuego, y como pólvora se han extendido afectando al menos a 60 asentamientos de la etnia yucpa que hacen vida en este territorio declarado parque nacional en 1978 para proteger la flora, fauna y recursos hídricos que lo convierten en uno de los principales suministros de agua para la región zuliana.
“Aquí llevamos cuatro días oyendo caer árboles abatidos por el fuego, ¿cómo unos bomberos van a subir con el riesgo que les caigan los árboles? No responsabilizo a los guardaparques, porque ¿ellos que pueden hacer?, pero sí a la institución como tal, Inparques, el Ministerio de Ambiente”.
El relato corresponde a Fray Nelson Sandoval, misionero capuchino de la iglesia Corazón de Jesús, ubicada en la Misión los Ángeles del Tukuko, en el piedemonte de la serranía, en el municipio Machiques de Perijá.
El misionero ha sido testigo de la tragedia que no solo devora la fauna y la vegetación, sino que ha traído enfermedades respiratorias que copan las consultas en el ambulatorio rural tipo II del Tukuko. “No hay medicamentos suficientes para tratar a los niños que han sido afectados por el fuego. A diario se ven las colas de madres esperando atención, pero es insuficiente la cantidad de insumos y de personal al compararse con los afectados”.
Al lugar no han llegado helicópteros, ni aviones, tal como ocurrió en incendios pasados, denunció el sacerdote.
La sequía provocada por el fenómeno El Niño ya suma tres años en el occidente venezolano. La sierra no escapa de los rigores del clima, así como otros parques nacionales que han sido escenario de incendios forestales alimentados por la vegetación seca y temperaturas más elevadas.
“La Sierra de Perijá no son las únicas montañas que se están ardiendo en Venezuela, El Ávila se incendió la semana pasada y enseguida lo apagaron, hay que apagar los fuegos, no se pueden dejar propagar. Llevamos mes y medio con la Sierra encendida. Empezó en Toromo esa zona lleva más de mes y medio ardiendo y nadie hace nada. Esos fuegos van corriendo y arde toda la sierra. Las zonas de Sirapta, Kunana y Tukuko están en este momento incendiadas. El caos es total”.
En lugar del aire puro, los 6 mil habitantes ubicados en las zonas alcanzadas por las llamas respiran humo.
“Amanecemos con un humo que parece niebla, de día pareciera que no hubiera fuego, pero al llegar la noche podemos ver las llamas. Tenemos tres semanas con ése incendio en Tukuko. Los de Inparques están presentes en la comunidad, saben lo que está pasando pero no tienen equipos para sofocar las llamas de esa magnitud. Para agravar la situación la montaña donde está el fuego es muy empinada, lo que hace casi imposible su acceso a pie, es necesario que sea abordado por aire”, expresó.
No se trata de un solo punto de ignición, detalló, “todas las montañas detrás (del Tukuko) están ardiendo, son múltiples focos. Esto es terrible. Estamos a 500 metros del fuego. Ése fuego se veía encima de la Misión del Tukuko. Ya arriba se quemó”.
Cada año la sierra es acorralada por voraces incendios que apagan la vida y la condenan a ver morir su verdor.