La semana pasada estuvieron en la agenda del país dos noticias que como político me han alarmado y preocupado sobremanera. A menudo vemos atropellos que se están cometiendo para alcanzar el “cómo sea” dentro del poder y me permito hacer una reflexión sobre esto y el porqué es necesario retomar una política de altura, donde sean las propuestas y no los golpes lo que sea debatido.
Dos jóvenes y dirigentes políticos fueron agredidos en sus espacios de trabajo; el primero fue el Diputado a la Asamblea Nacional, Carlos Paparoni, a quien personas desconocidas le arrojaron botellas de vidrio a las afueras del hemiciclo cuando trataba de ingresar para discutir sobre el Proyecto de Reforma Parcial de la Ley del Banco Central de Venezuela, y la segunda fue la Concejal por el Municipio Sotillo del Estado Anzoátegui, Beatriz Pérez Blanco, quien fue agredida en la cara con un vaso de vidrio mientras se discutía la Ley de Producción Nacional que concejales oficialistas pretendían rechazar.
¿Qué tanto temor hay en discutir los problemas y realidades del país? ¿Por qué llegar a la violencia para intentar intimidarnos? A través de este espacio busco solidarizarme con estos dos jóvenes agredidos y hacer un llamado al gobierno y quienes hacemos política en el país a centrarnos en la recuperación del debate y de los poderes en los que como ciudadanos tenemos voz y participación; para llegar a una verdadera reconciliación nacional es necesario establecer las reglas del juego y retomar la institucionalidad que nuestro país merece. Este gobierno no cumple ni comprende de reglas, no están a la altura de un debate. Necesario es el cambio y con la fuerza del pueblo lo alcanzaremos.
Denunciaremos cada violación de nuestros derechos e impulsaremos el cambio en nuestras instituciones porque este pueblo merece políticos que estén a la altura de sus necesidades, que le brinden soluciones y que trabajen por el bienestar social desde todos los espacios.
¡No tenemos miedo, seguimos trabajando por Venezuela!
#AvancemosYA