En lo que va de año 2016, la empresa responsable del servicio de agua potable Hidrocaribe, ha modificado en más de 5 oportunidades los ciclos de distribución del vital líquido. Ciclo, que empezó por cada 5 días, hasta un anuncio alarmante de que sería distribuido cada 21, pero que luego redujeron a 14 días y técnicamente así quedaría establecido, pero ello tampoco se ha cumplido, debido que hay comunidades que no han recibido una gota de agua (vía Hidrocaribe) desde diciembre de 2015 y; se han visto en la necesidad de contratar camiones cisterna para abastecer residencias, comercios, hospitales, centros comerciales, hoteles, etc. Cabe acotar, que un camión cisterna de 10.000 litros de agua “potable” ronda entre los 15.000 a 25.000 bs, lo que hace accesible a este “servicio” a una parte mínima de la población.
Ciertamente estamos atravesando una situación natural terrible, en donde las lluvias han brillado por su ausencia y la reposición del agua en los distintos embalses que surten al país, ha sido imposible, pero también es cierto que la negligencia administrativa por parte de Hidrocaribe (por el caso de interés hacia Nva. Esparta) se pierde de vista.
Nva Esparta, tiene 1.150 km2 y aproximadamente 600.000 habitantes, pero la empresa del servicio de aguas de la región, cuenta con una sola cuadrilla para atender y reparar las averías en TODO el territorio insular, por lo que los botes y pérdidas del vital líquido, dan literalmente dolor y no ajeno. Cada día, se pierden miles y miles de litros que se filtran por tuberías que están obsoletas y rotas que impiden que los residentes se sirvan del servicio (que además pagan), viendo con ojos lamentes cómo el agua corre por las calles y no llega a sus hogares.
El futuro, lejos de ser desesperanzador, es muy preocupante debido a que el pasado martes 8 de marzo se decidió cerrar con una válvula el sistema de suministro de agua proveniente del embalse Los Clavellinos por haber llegado a su nivel mínimo, quedando incapacitado para surtir de agua al Edo. Ahora, en Nueva Esparta quedamos solamente surtidos por el embalse de Turimiquire, pero su situación es también crítica. Expertos calculan, que podría tener quizás agua para apenas un mes más. A todas estas, el Gobernador Carlos Mata Figueroa brilla por su ausencia y ensordece con su silencio.
No solamente es agua, sino también la distribución de insumos vitales como son los alimentos y medicinas, que se imposibilitan de ser traídos a la isla por la situación de la expropiada empresa Conferry que actualmente cuenta con 2 de los 13 barcos para transportar tanto a pasajeros como carga desde tierra firme hacia el Edo. Los transportistas, tardan más de 10 días en poder cruzar desde Pto La Cruz hacia Punta de Piedras y aproximadamente 15 días en retornar, por lo que muchos no quieren viajar hacia la región y cuando lo hacen, los productos transportados (especialmente en caso de alimentos) llegan a punto de vencimiento. Entonces, a la sequía, se le adiciona el hambre y Carlos Mata Figueroa sigue desconectado de la realidad, hablando solamente de socialismo, Maduro y Chávez.
La electricidad también es menester a atender, pues las áreas productivas tienen que mermar sus actividades por más de 3 horas al día para cumplir con el “racionamiento” eléctrico impuesto desde Corpoelec. Centros comerciales y hoteles, deben apagar sus aires acondicionados durante ese período (en una región donde la temperatura promedio supera los 32°C.) o contar con plantas generadoras de electricidad para poder cumplir con las jornadas. Plantas, que deben ser adquiridas en divisas extranjeras, porque como la mayoría de las cosas, no se producen en el país y son impagables por comercios locales.
La inseguridad también hace de las suyas en Nueva Esparta y cada día las páginas rojas de los diarios locales deben destinar más espacio para sobre casos donde el hampa y la impunidad se hacen protagonistas. Hurtos, atracos, homicidios y hasta secuestros (sí, en una isla con apenas 4 entradas y salidas) son el pan nuestro de cada día. Delincuentes apoderándose de las vías y espacios “públicos”, mientras la policía regional ni se ve ni se siente, así como el timonel de la región.
Por todas estas (y muchas más) razones, la actividad comercial en Nueva Esparta opera a lo sumo al 30% de su capacidad, afectado seriamente miles de empleos en la región y consecuencia inmediata, los ingresos familiares para satisfacer a duras penas con la canasta básica del hogar, pero el Gobernador, sigue ausente y apareciendo únicamente en su programa de radio semanal y pagando páginas completas en diarios locales para promover su fracasada gestión.
Aunque parezca superfluo, pero la Semana Santa podría convertirse en la Semana Triste de Margarita debido a que por todos los problemas que acá he listado, muchos hoteles se han visto en la lamentable necesidad de cancelar sus operaciones y con ellas las reservaciones logradas o muchos turistas han cancelado sus paquetes contratados por temor a conseguirse con una isla seca de agua, habida de comida, oscura por la falta de luz e insegura por domino de los delincuentes, pero tenemos un gobernador que ausente y silente.
Dios y la Virgen del Valle nos protejan de caer en una serie crisis humanitaria por hambruna e insalubridad.
Federico A. Black B.
@federicoblackb