Una de cada cien mujeres infectadas por el virus zika durante el primer trimestre de embarazo corre el riesgo de que el feto desarrolle microcefalia, según un estudio publicado hoy en la revista The Lancet.
EFE
El trabajo del Instituto Pasteur, basado en datos obtenidos durante un brote de zika en la Polinesia Francesa entre 2013 y 2014, refuerza la hipótesis de que existe una relación causal entre el virus y ciertos problemas neurológicos.
La microcefalia, una condición asociada a una reducción del tamaño del cráneo y el cerebro, afecta a 2 de cada 10.000 recién nacidos en Europa y Brasil, según el estudio, el primero que cuantifica el riesgo de que el virus provoque malformaciones.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió la semana pasada de que todavía no se ha probado definitivamente que el zika sea responsable directo de la microcefalia y el síndrome de Guillain-Barré, si bien admitió que cada vez hay más pruebas que lo sugieren.
Simon Cauchemez y su grupo han evaluado los datos que se recogieron en la Polinesia Francesa durante siete meses en los que más de 31.000 personas acudieron al médico con síntomas que apuntaban a una infección por zika.
Durante ese brote y en los meses posteriores, se identificaron en la zona ocho casos de microcefalia, cinco de los cuales terminaron en un procedimiento médico para abortar y tres dieron lugar al nacimiento de un bebé con malformaciones.
Los investigadores del Instituto Pasteur han utilizado modelos matemáticos y estadísticos para estimar el riesgo de que el feto sufra microcefalia a partir de variables como el número de casos detectados durante el brote, el número de pacientes sospechosos de estar infectados por zika cada semana, los análisis de sangre que confirmaron casos positivos del virus y el número total de embarazos durante ese periodo.
Su conclusión apunta a que la infección durante el primer trimestre del embarazo está asociada con un mayor riesgo de que se produzcan malformaciones.
Su estimación sugiere que 95 de cada 10.000 mujeres infectadas en los primeros tres meses de gestación están expuestas a esas complicaciones (aproximadamente una de cada cien).
“La información recogida en la Polinesia Francesa es particularmente importante, porque el brote ya se ha dado por concluido. Eso nos permite reunir un conjunto de datos que, aunque pequeño, es más completo que el que se puede obtener a partir de un brote que todavía está en marcha”, señala Arnaud Fontanet, coautor del estudio, en un comunicado de The Lancet.
“Nuestras conclusiones apoyan las recomendaciones de la OMS para que las mujeres embarazadas se protejan de las picaduras de mosquito”, afirma Fontanet, que sostiene que “todavía se necesita mucha más investigación para comprender cómo el zika puede provocar microcefalia”.
En un artículo que también publica la revista británica, la brasileña Laura Rodrígues, profesora de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, sostiene que el mayor riesgo durante los primeros tres meses del embarazo es “biológicamente plausible dadas las etapas del desarrollo cerebral” en el feto.