El Liverpool agravó la depresión que convive con el Manchester United y, tras empatar en Old Trafford (1-1), alcanzó los cuartos de final de la Liga Europa, de donde se despidió el cuadro del holandés Louis Van Gaal.
EFE
Un gran gol anotado por el brasileño Phillipe Coutinho al borde del intermedio hundió las expectativas del United, que dijo adiós a una nueva oportunidad de lograr un trofeo en una campaña para olvidar.
Alejado de la lucha por la Premier y apeado precipitadamente de la Liga de Campeones se quedó también sin Liga Europa. Solo le queda al Manchester la Copa de Inglaterra, pendiente de resolver en el ‘replay’ (desempate) el enfrentamiento contra el West Ham para llegar a las semifinales.
El Liverpool, por contra, ha logrado la estabilidad con el alemán Jurgen Klopp. Se sostiene en Europa con un equipo convencido de sus límites y sus posibilidades.
Rentabilizó el Liverpool el 2-0 que obtuvo en Anfield. No le tembló el pulso ni con el gol de su rival, que alentó la remontada del United. Todo lo contrario. No se descompuso.
Después, fue David De Gea el que impidió, con una gran parada, un disparo raso desde el borde del área del brasileño Roberto Firmino.
El Manchester United se adelantó a la media hora. Una ingenuidad del zaguero Nathaniel Clyne, que hizo falta dentro del área al francés Anthony Martial, fue señalado como penalti. El atacante francés marcó desde los once metros.
El Liverpool pudo empatar en la jugada siguiente. Con una falta lateral lanzada por Daniel Sturridge que repelió el larguero. Sin embargo, obtuvo el empate en un momento clave. Al filo del intermedio.
Una gran acción individual del brasileño Philippe Coutinho, que se recorrió con el balón toda la banda izquierda, culminó en un suave tiro que sorprendió al español De Gea.
El empate fue un mazazo para el conjunto de Van Gaal que, tras el descanso, dio entrada al ecuatoriano Antonio Valencia en el lugar del lateral uruguayo Guillermo Varela.
El Manchester, que no logró poner en aprietos serios a su rival, perdió fe y convicción con el paso de los minutos. Las llegadas al área del Liverpool fueron más producto de la inercia y el empuje que del juego.
El Liverpool aprovechó las dudas que condicionan al cuadro de Van Gaal para acentuar los temores del United. Dispuso de las ocasiones más claras, especialmente dirigidas por Coutinho, el hombre del partido. De Gea, una vez más, evitó noticias peores para el Manchester United, despedido de Europa.
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