Se extingue sin grandeza el populismo latinoamericano: en Argentina los Kirchner robaron hasta más no poder; en Brasil Lula y Dilma perdieron la aureola revolucionaria; en Venezuela el ex asesor del fallecido Hugo Chávez, Heinz Dieterich, dice: “El presidente Nicolás Maduro estará al frente de Venezuela menos de dos meses”. Heinz Dieterich descubre el agua tibia, afirma que “los problemas de Venezuela radican en la catastrófica situación económica, la incapacidad del gobierno, reformas forzadas e intereses externos”. Y concluye: “La indolencia del gobierno es grande. Maduro ha perdido prácticamente el tiempo que ha gobernado desde la muerte de Chávez”. Según Dieterich, Maduro “no durará ni ocho semanas en el gobierno y probablemente será suplantado por una junta de gobierno”. Exagera, y mucho, pero es verdad que faltan alimentos básicos, solo que nadie pierde el poder si no le dan un empujón final. A Maduro lo salva, hasta ahora, la inercia, no han encontrado una forma de sacarlo de Miraflores.
En una investigación reciente, la encuestadora de Seijas revela que “80,3% de los encuestados se expresó a favor de un cambio en la ‘conducción del país’ ante el cuadro nacional que se está viviendo actualmente, mientras que solo 15,9% expresó no desearlo. 3,8% no contestó. Al indagar de seguidas acerca de si la oposición tiene la capacidad y la determinación para cambiar el actual estado de las cosas en el país, 59,5% expresó ‘sí’, 30% que ‘no’ y 10,5% no respondió”.
Ante la pregunta sobre la “situación en general del país, hoy en día”, un mínimo de 0,3% la calificó de “muy buena”; 3,2% de “buena” y 12% de “regular hacia mala”. En el otro lado, 33,5% la calificó de “muy mala”, 36,3% de “mala” y 13,3% de “regular hacia mala”. En resumen que la “situación general” es percibida como mala por 83,1% de los encuestados, mientras que 15,5% la percibe como buena.
Lula está en las puertas de la cárcel, Dilma quiere salvar a Lula nombrándolo jefe de gobierno, pero en la calle millones de brasileños la acusan de ladrona y los jueces afirman que nombrar a Lula es ilegal. Lula además habla como una cotorra por teléfono, se le graban decenas de conversaciones terribles donde la presidente le dice que le enviará credenciales presidenciales si las necesita.
¡Cómo robaban en Petrobras! ¿Descubriremos un día lo mismo en Pdvsa? Ojalá que no. Brasil se enfrenta a una terrible recesión, peor que la venezolana. ¿Dilma saldrá del palacio presidencial? La situación de Venezuela y Brasil no es igual. En Brasil millones salen a la calle y la televisión no la domina el gobierno como en Venezuela.
Hay otras diferencias, en Venezuela comparativamente entran más dólares. Hay crisis venezolana porque el chavismo no se decide a aplicar la unificación cambiaria
“Unificar las múltiples tasas de cambio en una sola le permitiría al gobierno erradicar la especulación cambiaria y corregir las graves distorsiones que impiden calcular un precio justo para los productos de primera necesidad. Una tasa única de cambio sería menor que el dólar paralelo y ayudaría a desacelerar el ritmo inflacionario”.
Pero no impondrán la unificación por ignorancia, hace dos años les hubiera sido muy fácil. A Maduro y al chavismo los hunde la estupidez, la incapacidad para tomar decisiones. Quizá algunos economistas en privado le aconsejen la unificación, si la hubieran adoptado estarían en el mejor de los mundos. Maduro no hará nada.
El dólar libre marcha hacia 1.500.
Ojalá que un futuro gobierno comprenda que los males momentáneos de la unificación se compensarán rápidamente y que ya la población comprende que la diversidad de cambios provoca la crisis económica. Claro que si no se actúa a tiempo, como le pasó a Maduro, la crisis se agravará.
Con un poco de sentido común se recuperaría el país. Aun con el petróleo al precio actual al país llega una cantidad de divisas suficientes para cubrir las necesidades básicas.